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La agenda LGBT en Colombia

Marcela Sánchez Buitrago es directora ejecutiva del Proyecto Colombia Diversa, una organización que promueve la defensa de los derechos de gays, lesbianas, bisexuales y transgeneristas en Colombia. Su acción es desarrollada a través de tres objetivos: la promoción y defensa de los derechos humanos de las personas LGBT, la transformación de imaginarios negativos sobre este sector social y el fortalecimiento de la capacidad de acción política del movimiento LGBT.

En esta entrevista, Marcela nos cuenta cómo se desarrollaron en Bogotá las actividades de la Semana del No a la Homofobia (22-26 de agosto), los antecedentes y el saldo de esta iniciativa para la agenda LGBT colombiana.

¿Cómo surgió la idea de celebrar la Semana del No a la Homofobia?

El día del No a la Homofobia viene siendo celebrado por los grupos LGBT de Medellín desde el 2003. Es el tercer año en el que conmemoran este día, que prolongan en actividades académicas, culturales y políticas durante una semana, en torno a los crímenes de odio y la reducción de la discriminación por orientación sexual. Escogieron esta fecha porque fue el día en que León Zuleta fue asesinado en Medellín. León fue un defensor de los derechos humanos y líder homosexual reconocido por su trabajo político y público. Su asesinato fue considerado crimen de odio por la forma violenta como se dio. Hasta el momento el Estado no ha respondido con la aclaración de los hechos.

Este año las organizaciones LGBT de Medellín nos invitaron a participar en las actividades. La Mesa de asuntos LGBT de Bogotá asumió entonces desarrollar esta conmemoración en Bogotá. Contábamos con la presencia en el país de Marcelo Ferreyra, de la IGLHRC (Comisión Internacional de Derechos Humanos de Gays y Lesbianas) y organizamos algunas actividades para intercambiar experiencias de incidencia política y las historias de los movimientos LGBT en América Latina. En adelante esta fecha quedará permanentemente incorporada en la agenda de trabajo de la Mesa.

¿Quiénes fueron los organizadores?

En la Mesa de asuntos LGBT de Bogotá está el grupo de Mamás Lesbianas, Mujeres al Borde, la Liga Colombiana de Lucha contra el Sida, el Proyecto Colombia Diversa, Transer y activistas independientes.

¿Cuál fue el programa?

Fueron básicamente cuatro actividades: una premiación de los más y los menos homofóbicos, coordinada por la Liga Colombiana de lucha contra el Sida; un conversatorio sobre familia, juventud y diversidad sexual, que se hizo en Profamilia; y un foro de Derechos Humanos en el que estuvo Marcelo Ferreyra. Hubo también una reunión más pequeña en la Casa de la Mujer, con organizaciones LGBT y feministas que están participando en la Convención por los Derechos Sexuales y Reproductivos.

¿Qué es el premio a los más y menos homofóbicos?

Es un reconocimiento al trabajo de defensa de los derechos de las personas LGBT por parte de organizaciones sociales, medios de comunicación, personajes públicos y gobiernos locales. Los medios premiados fueron el periódico El Tiempo y el programa Mujeres en Línea. Entre los personajes públicos se escogió a Carlos Gaviria, actual candidato presidencial, por sus ponencias positivas sobre el proyecto de Ley de derechos patrimoniales de las parejas del mismo sexo y los debates académicos que ha dado alrededor del tema.

Entre los líderes del movimiento LGBT se escogió a Samantha Palacios, por su labor como transgenerista y su trabajo con travestís del sector de Los Mártires, parte de un proceso político que empieza consolidarse y fortalecerse. Como organización social se escogió a Planeta Paz, que en estos últimos tres años ha incluido entre sus líneas políticas el fortalecimiento del movimiento LGBT a nivel nacional. Por otro lado, El periódico El Espacio y el señor Carlos Galaad fueron elegidos como el medio y el personaje público más homofóbicos.

La premiación se llevó a cabo en el bar Pantera Roja y el evento fue también fue una reivindicación del transformismo. Fueron premiadas algunas de las transformistas más conocidas de la ciudad.

¿Qué saldo dejó el conversatorio?

El conversatorio que se hizo en Profamilia, la Asociación Probienestar de la Familia Colombiana, de larga tradición en Colombia, y giró alrededor de las relaciones entre familia, juventud y diversidad sexual. Se presentaron experiencias como las del grupo de mamás lesbianas. Reflexionamos especialmente sobre el papel de la familia en torno a la transformación o el mantenimiento de prácticas de exclusión y discriminación por orientación sexual. A pesar de que la convocatoria fue abierta, a éste sólo asistieron mujeres.

¿En qué consistió el foro sobre derechos humanos?

Tuvo como objetivo mostrar las oportunidades, las dificultades y las estrategias en relación con los mecanismos internacionales que garantizan la vigencia de los derechos humanos, tanto en el Sistema de de Naciones Unidas como en el de la Organización de Estados Americanos. Contamos con la presencia de Marcelo Ferreyra, que nos contó la experiencia de la Comisión Internacional de Derechos Humanos de Gays y Lesbianas (IGLHRC), en relación con los Relatores Especiales y los comités que vigilan los tratados y pactos de derechos humanos, y la inclusión de los derechos de las personas LGBT. Nos habló puntualmente de la última experiencia respecto a la propuesta de una resolución dentro del Comité de Naciones Unidas para que la orientación sexual y la identidad de género sean reconocidas como derechos humanos. Nos mostraba la disyuntiva entre el trabajo para promover una resolución específica sobre el tema y el de introducir la temática en otras resoluciones, con otros relatores y en otros comités.

El foro estuvo asociado a los diez años del Comité Distrital de Derechos Humanos, un marco bastante oportuno para seguir incluyendo la diversidad sexual en la agenda de Derechos Humanos.

Esta reunión fue muy interesante porque coincidió con la conmemoración de los diez años del Comité Distrital de Derechos Humanos (órgano asesor de la Personería Distrital), donde la Mesa de asuntos LGBT ha abierto un espacio. Otra cuestión importante es que en este foro participaron personas del Movimiento de Mujeres, de los Comités Locales de Derechos Humanos de Bogotá, de organizaciones de derechos humanos y de las universidades. No fue un evento multitudinario, pero había representantes de distintos sectores, lo que deja la motivación a los grupos LGBT de aprovechar los espacios y de tender puentes con el discurso y el trabajo de derechos humanos.

¿Qué nos cuentas del conversatorio en la Casa de la Mujer y de la Convención de Derechos Sexuales y Reproductivos?

Hablamos con Marcelo sobre la estrategia de los grupos LGBT en América Latina que están participando en la campaña de la Convención de Derechos Sexuales y Reproductivos, y buscar alternativas de mayor participación del movimiento LGBT de Colombia. En nuestro país este proceso está siendo coordinado por la Casa de la Mujer, de Bogotá, y es liderado especialmente por grupos feministas.

Desde los grupos LGBT estamos muy interesados en hacer una reflexión sobre los derechos sexuales y reproductivos, y no estar sólo a la zaga de los movimientos de mujeres. Es importante unir esfuerzos, pero también hacer nuestra propia reflexión, y generar discusiones profundas en la negociación con los grupos de mujeres que están en la campaña, sobre nuestras necesidades específicas, como el derecho de las personas transgeneristas a congelar sus óvulos y esperma, las posibilidades de realizar cirugías de reasignación de sexo dentro de los sistema de seguridad social y el reconocimiento jurídico de las parejas del mismo sexo.

La participación de personas LGBT en el Comité de Derechos humanos es novedosa, ¿cómo ves la relación del movimiento LGBT con las entidades públicas y qué ha significado particularmente esta relación con la Personería Distrital en Colombia?

Ha habido apertura, de hecho todo este año han participado dos representantes de la Mesa de asuntos LGBT de Bogotá dentro del comité. A partir de una propuesta que fue aceptada por el comité hay dos representantes permanentes que no tienen voto, pero que tienen voz, y hemos logrado instalar la discusión.

Las entidades públicas que trabajan el tema de derechos humanos han tenido apertura también, la Secretaría de Gobierno por ejemplo. Nos apoyan puntualmente, por ejemplo, en la Marcha del Orgullo, a fines de junio. Lo que no hemos logrado es concertar un plan de trabajo, ni establecer una política de acción más concreta en el tema de diversidad sexual. Hay voluntad de inclusión y de trabajo, pero creo que es un tema en el cual no tenemos experiencia, ni los funcionarios ni el propio movimiento, de cómo introducir concretamente el tema de las orientaciones sexuales y la diversidad sexual en las políticas públicas. Considero que en esta parte la relación con la academia es fundamental. De ahí el apoyo que demandamos de ella. Es una relación a fortalecer de un lado y de otro.

El diálogo con las entidades públicas ha sido un proceso muy lento. Durante este año han apoyado actividades puntuales, pero desde lo público no se ha hecho una reflexión específica, excepto en la Oficina de Mujer y Géneros, que ahora con el plan de igualdad de oportunidades está intentando incluir el tema.

¿Con qué otras instituciones públicas han intentado desarrollar estrategias de incidencia política?

Las relaciones más productivas se han dado con las instituciones encargadas de derechos humanos. Donde menos resultados tenemos es en el sector salud y educación.

¿Cuál es el balance hace de la Semana? ¿Qué le deja al Movimiento y a la agenda de trabajo LGBT?

Nos deja un reto muy grande para la consolidación del discurso de derechos humanos y de la relación que establecemos con las ONGs de mujeres y de derechos humanos que trabajan el tema. Nos deja una tarea enorme de cualificación de las metodologías para documentar y seguir casos de violaciones de derechos humanos, y para estar pendientes de la agenda de Naciones Unidas y de la OEA para que desde Colombia también hagamos informes. Estar pendientes, en ese sentido, de los informes que presenta el gobierno colombiano a los distintos comités que vigilan pactos y tratados, para producir informes-sombra.

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