La única manera en que pueda desarrollarse una verdadera liberación femenina será cuando el varón pueda, a su vez, desatarse de todos aquellos estereotipos de género que lo presionan para actuar como un macho. Me refiero, en concreto, a esas ideas, pensamientos, sentidos comunes que la educación, el grupo de pares, la televisión, el cine, la publicidad –el «imaginario»– apuntalan día a día. Hace años Rafo León escribió un libro de entrevistas a diversos presos que habían cometido delitos de violación sexual. El título del libro León lo extrajo de las conversaciones con ellos y condensa con precisión esta idea: «Yo actuaba como varón solamente…».