Según la la Conferencia Episcopal, el texto, que declara a Ecuador como un Estado laico, incentiva el aborto, las relaciones homosexuales y la intervención estatal en la educación religiosa. Ante esa situación los sermones dominicales en la celebración de las misas se han vuelto tensos y se ha puesto sabor político a la relación entre curas y feligreses. Por lo menos hasta el próximo 28 de septiembre, cuando el texto constitucional será sometido a referendo.