En Avellaneda comenzó a funcionar una cooperativa de trabajo integrada por travestis.
Es una casa de dos pisos, de paredes grises y persianas blancas, en una tranquila esquina de Avellaneda. Desde afuera, nada delata que adentro de esta típica vivienda se esté gestando un proyecto “revolucionario” para la comunidad travesti y transexual: desde junio, en este lugar funciona la cooperativa textil Nadia Echazú, que busca ser una alternativa al destino de calle y prostitución al que están casi siempre encadenadas las vidas de las travestis.
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