Quedamos quebradas. Nos duelen los huesos, de los golpes. Quedamos de rodillas, una vez más. Desnudas en pleno invierno, en el medio de la nada. Gritamos, no nos escucharon. Nos molieron a golpes, otra vez. Nos violaron, después de engañarnos, pidiéndonos solidaridad. ¿No es eso peor todavía que si nos hubieran asaltado? Fuimos una vez más el blanco de un varón que no soportaba vernos ser queridas por la gente, por colegas, vecinos. Finalmente nos mataron.