CLAM – ES

Otro desliz diplomático

A las presiones de Pekín cedieron sólo naciones caracterizadas por su radical e histórico menosprecio por los Derechos Humanos. El mes pasado, sin embargo, bien por decisión autónoma del embajador ante la ONU, o bien por orden de la Cancillería, el país no se salvó de quedar mal parado y en el Tercer Comité de la Asamblea General de las Naciones Unidas se mostró más afín a Afganistán, Cuba y Sudán, que a Europa, Estados Unidos y buena parte de Latinoamérica. Colombia, de manera incomprensible y, por lo demás, inexcusable, prefirió abstenerse y no rechazar la resolución especial sobre ejecuciones extrajudiciales —homicidios intencionales asociados a la denominadas ‘operaciones de limpieza social’— que buscaba excluir la orientación sexual e identidad de género de la lista de grupos minoritarios segregados, estigmatizados y violentados.

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