La visibilidad y toma de conciencia en relación con la trata de personas con fines de explotación sexual viene impulsando medidas punitivas o prohibicionistas. La eliminación de lo que se conoce como “rubro 59” y el cierre por ley o por decreto de todo tipo de cabarets, whiskerías o clubes nocturnos –eufemismos para nombrar prostíbulos– en distintos lugares del país son las más evidentes.