Un descarnado ataque cometido contra una madre soltera, ocurrido en la madrugada de un jueves de mayo pasado, sobresalió entre tantos otros por haber ocurrido en pleno corazón de Bogotá y por la crueldad extrema de la que la víctima, Rosa Elvira Cely, fue blanco. El atroz crimen de la vendedora ambulante marcó al país. Ahora que su caso se conoce en Colombia de rincón a rincón, un grupo de abogadas busca dar su nombre a una iniciativa para que en el país la violencia contra la mujer sea un delito con nombre y apellidos: el feminicidio.