La impunidad de los crímenes de violencia sexual dentro del conflicto es casi absoluta. Medio millón de mujeres sufrieron distintas agresiones de este tipo entre el 2001 y el 2009, según datos de Oxfam y la Casa de la Mujer, y en ese mismo lapso se dictaron solo 14 sentencias. La mayoría no denuncia por miedo a las retaliaciones o porque no confía en la justicia.
Para Ángela Robledo, representante a la Cámara por Bogotá y una de las responsables del proyecto de ley contra este fenómeno, que acaba de iniciar su trámite en el Congreso, la raíz de la impunidad está en que la existencia del conflicto se reconoció hace muy poco. Su iniciativa, inspirada en legislaciones como el Estatuto de Roma -por el que se rige la Corte Penal Internacional- y las de Ruanda y la ex-Yugoslavia, donde hubo violaciones sistemáticas en los 90, pretende tipificar esta clase de agresiones como delitos de guerra y de lesa humanidad, por lo cual no prescribirían.