La angustia, incertidumbre y el miedo que en 2012 se generó en torno a las personas lesbianas, gays, bisexuales y trans de la región Caribe con 12 documentos panfletarios que circularon en diferentes localidades de ésta región amanzanando directamente a las personas LGBT y declarándolas “objetivo militar”, parecen perpetuarse en este nuevo año de 2013. Pues a pesar de que lideres y lideresas de éste grupo poblacional han manifestado que estas amenazas aumentan en ellos los imaginarios y las presiones de rechazo y exclusión y y en las comunidades la legitimación de la violencia; autoridades de Policía y Fiscalía, siguen viendo en éste un problema menor, relacionándolo con “asuntos personales” o “bromas de vecinos”, sin medir las consecuencias que en cada persona y circulo social significa que los actores armados cataloguen la orientación sexual no heterosexual o la identidad de género diversa como una practica problemática que “debe ser erradicada de la sociedad”.