Hace dos años fue asesinado el activista gay mexicano Octavio Acuña en la ciudad de Querétaro. Las características del asesinato hicieron pensar en un crimen por homofobia. Pese a la evidencia las autoridades actuaron con claras muestras de prejuicio homofóbico. A dos años, hay un presunto asesino —también gay— que los deudos de la víctima señalan como “chivo expiatorio”.