«El cuerpo de las mujeres es un territorio colonizado, porque el Estado y otras entidades, como las iglesias, se toman la atribución de inmiscuirse en nuestra sexualidad y reproducción, sin respetar la autodeterminación a la que tenemos derecho», afirmó la abogada feminista argentina Susana Chiarotti, al presentar en Lima el Manifiesto de la Campaña por una Convención de los Derechos Sexuales y los Derechos Reproductivos.
Chiarotti, quien es integrante del Comité para América Latina y El Caribe de Defensa de los Derechos de la Mujer y del Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belem do Pará de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, resaltó que uno de los aportes fundamentales del Manifiesto es ubicar al cuerpo como un ente político donde se expresa la discriminación, traducida en violencia, enfermedad y muertes.
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