CRUZADA. El Procurador no descansa en la guerra que le declaró al aborto aun en los casos permitidos. Con una carta sustentada con argumentos inexactos intenta torpedear un fallo de la Corte. El procurador Alejandro Ordóñez siempre ha dicho que a él no lo pueden crucificar por sus convicciones católicas. Y hasta ahora, a pesar de que algunos columnistas lo han cuestionado, la Procuraduría a su cargo no parece haber transgredido las normas por las creencias de su jefe. Sin embargo, la Corte Constitucional está estudiando documentos en los que la actuación de esa entidad queda en entredicho.