Hacia las tres de la tarde del 23 de agosto de 2002, en la desolada ranchería La Grulla, del municipio de Dolores Hidalgo, María Araceli Camargo Juárez, que para su desgracia acababa de cumplir 18 años de edad, entró en la fosa séptica del patio de su casa y, mientras pujaba en cuclillas pensando que tenía diarrea, expulsó involuntariamente un producto en avanzado estado de gestación. Enseguida perdió el conocimiento. Al recobrarlo, minutos después, se cortó el cordón umbilical y, sangrando, regresó a la vivienda.