La falta de interés puede ser muy grave, sobre todo cuando se trata de descubrir quién mató a una persona hallada con evidentes signos de tortura y vejaciones. Los crímenes de odio suelen tener esas características pero pareciera que no sólo no son capaces de conmover a quienes investigan o juzgan, sino que a veces es más cómodo asumir que se trata de un crimen pasional, un asunto doméstico, un impulso trágico.