Miles de mujeres peruanas siguen sufriendo las secuelas del periodo de conflicto armado interno vivido en el Perú entre las décadas de 1980 al 2000. Al igual que Fausta, la protagonista de la película La Teta Asustada, cuya madre fue violada sexualmente, estas símiles del personaje de la directora Claudia Llosa, viven sin haber procesado el temor, la angustia, y heridas causadas en esos tiempos.