Con la finalidad de permitir que las parejas del mismo sexo en la Ciudad de México puedan contraer matrimonio o ser reconocidas bajo la figura de concubinato, la legisladora Leticia Quezada, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), presentó en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) una iniciativa de ley que propone modificar diversos artículos del Código Civil local.
Ante el pleno legislativo de la ciudad, Quezada argumentó que dentro de la Constitución mexicana se establece que todas las personas son iguales ante la ley y libres de decidir sobre su persona y bienes. Sin embargo, estas garantías no se ven reflejadas dentro de la vida cotidiana de las y los homosexuales, pues prevalece el estigma y la discriminación.
La diputada izquierdista señaló en entrevista que si bien la Ley de Sociedades de Convivencia (LSC) en el Distrito Federal reconoce ciertos derechos para las parejas del mismo sexo, éstas aún no cuentan con seguridad social, pues es un asunto que corresponde al ámbito del Poder Legislativo Federal.
“La LSC no es una ley de uniones gay. Por lo tanto, homosexuales y lesbianas no pueden acceder a los mismos beneficios que actualmente se otorgan a heterosexuales a través del matrimonio civil y el concubinato”, aseguró.
Según la iniciativa presentada por el PRD, la definición de matrimonio se modificaría, dejando de ser entre un hombre y una mujer y constando que se constituye por dos personas del mismo o distinto sexo. Asimismo, indica que el concubinato sería reconocido también para las parejas de homosexuales.
Quezada comentó: “Queremos que con esta reforma se puedan acceder a beneficios como la herencia, acceso a la seguridad social y adopción. En la ALDF se tienen que dar pasos más firmes en cuanto a la equidad, la integridad, la no discriminación y los derechos humanos”.
Entrevistado en relación a la propuesta legislativa de su compañera de partido, Marcelo Ebrard Casaubón, jefe de Gobierno del Distrito Federal, opinó que “ya se aprobó la Ley de Sociedades en Convivencia. No veo por qué no se deban aprobar otros instrumentos en la misma dirección. ¿Cuál es la dirección de esos instrumentos? Que las personas puedan vivir libremente su sexualidad y sus relaciones con la pareja que elijan, ese es el objetivo”.
La derecha busca que el matrimonio sólo se celebre “entre hombre y mujer”
En contraste, la diputada María de la Paz Quiñónez Cornejo, del Partido Acción Nacional, propuso también una iniciativa de reforma a varios artículos del Código Civil del DF, esta vez con el fin de establecer claramente que el matrimonio sólo se pueda suscribir entre un hombre y una mujer. La legisladora derechista mencionó que el objetivo primordial del matrimonio es el de procrear, tener hijos para alimentarlos y cuidarlos hasta que puedan valerse por sí mismos y permitir la perpetuación del modelo social.
Quiñónez Cornejo explicó que desde su origen etimológico, el matrimonio se refiere al derecho adquirido por la mujer que lo contrae para poder ser madre dentro de la legalidad. Así, las parejas casadas obtienen una serie de obligaciones y se ven beneficiados por una serie de derechos.
Expuso que el matrimonio es la libre voluntad de un hombre y de una mujer para realizar “una comunidad de vida”. Desde su punto de vista, los homosexuales son incapaces de engendrar hijos y prolongar la supervivencia del modelo social establecido, siendo que no efectúan los mismos “sacrificios” de un matrimonio heterosexual con hijos.
La iniciativa de Quiñónez establece el impedimento de la celebración del matrimonio a la pareja que “atente” contra la preservación de la especie humana, en particular, a la formada por dos personas biológicamente iguales.
Unificar el movimiento LGBT
Respecto a la propuesta de Quezada, la ex diputada Enoé Uranga Muñoz, impulsora de la LSC, expresó la necesidad de involucrar a la sociedad civil organizada para fortalecer la iniciativa del derecho a matrimonio. Esto requiere la unidad del colectivo lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero y travesti (LGBT) de la Ciudad de México como un movimiento independiente.
La activista dejó claro que será una buena noticia para la sociedad capitalina. “La propuesta no se rechaza. Hay que conocerla, analizarla y determinarla. Es un tema obligado que debe ser legislado. Estoy tranquila porque en el interior de la Asamblea están dadas las condiciones para lograr que salga”.
Declaró que es la oportunidad para que Marcelo Ebrard rectifique por primera vez los errores cometidos en la administración pasada, ya que “es de buen político” hacerlo. “El movimiento LGBT seguirá su lucha en todo el país, sin que por ello medien intereses partidistas”, añadió, enfatizando que “abrir la discusión sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo en la capital del país obliga a ganarla, pues se trata de un caso de responsabilidad con las nuevas generaciones”.
Enoé Uranga llamó a superar los conflictos surgidos en el interior del colectivo LGBT, que “no se encuentra enamorado de sí mismo y no atraviesa por su mejor momento”, con el objetivo de evitar la aprobación de una iniciativa que corra la misma suerte de la Proposición 20, que permitía el matrimonio entre personas del mismo sexo en California, Estados Unidos, rechazada este mes en referéndum por la mayoría del electorado. Es necesario demandar congruencia al Gobierno del Distrito Federal, y construir acuerdos y alianzas en aras de elaborar una propuesta común ganadora, al igual que ocurrió el 9 de noviembre de 2006, cuando se aprobó en la Ciudad de México la LSC, expresó.
Eco en Yucatán
Luego de presentarse públicamente las propuestas de Quezada y Quiñónez, organizaciones no gubernamentales que defienden los derechos humanos en el estado de Yucatán emprendieron una campaña para promover la unión legal entre personas del mismo sexo mediante la recolección de las más de 2500 firmas necesarias para ingresar al Congreso local una iniciativa pro extensión del derecho a matrimonio.
Las y los activistas explicaron que harán uso de la Ley de Iniciativa Ciudadana, que obliga a la diputación local a revisar y dictaminar propuestas de ley que emanen del pueblo, para lo que se requiere el aval del 0.3 por ciento del padrón electoral del estado.
En entrevista, Carlos Méndez Benavides, presidente de la organización Oasis de San Juan de Dios – albergue para personas con VIH/sida–, comentó que la idea es “ampliar la fórmula del matrimonio a las parejas del mismo sexo. La Ley de Sociedades de Convivencia es un avance de la democracia, pero no cubre todos los derechos”.
Méndez calculó que la recolección de las firmas terminará a mediados de diciembre de 2008, para inmediatamente entregarla al Instituto de Procesos Electorales y Participación Ciudadana de Yucatán, instancia que obligaría a la legislatura local a discutir el tema en el próximo período de sesiones.
El proyecto, mencionó, “no se sacó con el apoyo de ninguna fuerza política para evitar que sea atrapado o condicionado. Queremos que realmente sea democrático. Por un lado, los partidos políticos dicen una cosa pero en la práctica hacen otra”.
En cuanto a la postura de la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco, el activista contó que diversos luchadores sociales le solicitaron recientemente su intervención en la queja que interpuso un grupo de gays ante el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación en contra de Jesús Alberto Ceballos Solís, un cura del municipio de Conkal que calificó a los homosexuales como “un peligro para México” durante una misa oficiada por el fallecimiento de uno de los integrantes del Oasis de San Juan de Dios. “No hemos obtenido más que el silencio”, lamentó.
El 17 de mayo, fecha en que se conmemora la Jornada Internacional Contra la Homofobia, Ortega omitió el tema. “La gobernadora dice que quiere ciudadanos de primera y equidad de género. ¡Aquí está la oportunidad de que nos lo demuestre!”, exclamó.
Por último, el activista informó que quienes deseen seguir de cerca la campaña a favor del matrimonio gay en Yucatán, pueden hacerlo a través de la página electrónica: http://matrimoniogayyucatan.org/