Con el atractivo título de “Masculinidades y Políticas Públicas: Involucrando a los Hombres en la Equidad de Género”, se realizó en Chile un seminario que reunió a investigadoras e investigadores del país y el exterior para debatir y reflexionar sobre los modos en que se construyen las masculinidades en las políticas públicas y programas relativos a violencias, salud sexual y reproductiva, paternidades, entre otros.
En la oportunidad expusieron Gary Baker, doctor en psicología y codirector de Alianza MenEngage, red internacional de estudios en masculinidades; Juan Guillermo Figueroa, investigador del Colegio de México y profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México; Francisco Aguayo, Director de EME, Masculinidades y Equidad de Género y coordinador del Encuentro; y José Olavarría, Doctor en Ciencias Sociales, experto en estudios de hombres y masculinidades e investigador de CEDEM, entre los más destacados.
Durante el seminario se presentaron resultados preliminares del proyecto “Hombres, Políticas Públicas y Equidad de Género” de Chile, Brasil y México. Esta investigación se realiza, además, en Sudáfrica, India, Noruega e Inglaterra con el objetivo de comprender cómo las políticas públicas construyen un cierto tipo de masculinidades y qué tipo de identidad masculina suponen.
¿Existen políticas de masculinidades?, ¿qué masculinidades construyen las políticas?, ¿qué vacíos se observan en las políticas al considerar a los hombres?, ¿qué modelo de relaciones de género construyen las políticas?, ¿qué inequidades de género sostienen esas políticas?, fueron las preguntas que guiaron la discusión. “Es necesario continuar con este debate y que las y los investigadores dialoguen más con quienes diseñan las políticas. También es fundamental incluir temas como el empleo y la educación”, explicó Francisco Aguayo.
A continuación, presentamos los aspectos centrales de la ponencia inicial de Gary Baker y las de los/as expertos/as chilenos/as.
Quienes estén interesados en el seminario, podrán encontrar las ponencias en la siguiente dirección: http://seminariomasculinidades.blogspot.com/
Equidad de género como un bien público
En su ponencia llamada “Hombres, Masculinidades y Políticas Publicas en el Contexto Internacional: ¿Hacia dónde vamos?”, Gary Baker disertó sobre los significados de incluir a los hombres y las masculinidades en las políticas publicas. Expuso los diferentes intentos llevados a cabo al respecto y cuáles fueron sus resultados, y debatió sobre cómo las mujeres y hombres están vivenciando las nuevas políticas públicas y los cambios en las relaciones de género. ¿Es posible concebir la equidad de género como un bien público y fuente de bienestar para hombres y mujeres?
El experto recordó que “históricamente las políticas públicas han sido hombre-céntricas y hombre-genéricas”. Desde esa perspectiva el “movimiento feminista hizo visibles las desigualdades estructurales de género, pero el discurso predominante continúa siendo el de hombres dominadores y mujeres desempoderadas”, precisó. Así, predomina la idea de que los hombres son principalmente proveedores y autocentrados sin interés por el bienestar de sus familias, y las mujeres en cambio, continúan siendo vistas como las encargadas de la casa y la familia. Para el profesional es importante analizar el papel que las políticas públicas tienen al respecto, como refuerzo o deconstrucción de esta noción en el imaginario social.
Desde esa perspectiva, Baker reflexionó sobre 4 áreas significativas: empleo y conciliación trabajo/familia; paternidad y cuidado; hombres y salud; violencia, delito y castigo.
Globalmente, es un hecho que las mujeres ganan entre 70 y 80% de lo que ganan los hombres. Al mismo tiempo, cifras internacionales revelan que el empleo femenino va creciendo en muchas partes del mundo, frente a un estancamiento en el empleo masculino. Colocó un ejemplo: “en Sudáfrica, entre 1995 y 2005, el promedio de crecimiento del empleo femenino fue de un 3,5% al año versus el 2,0% para los hombres. En America Latina, la participación económica de los hombres cayó de un 85 a 82 % con respecto al crecimiento de participación femenina de un 40% a 46%”.
Respecto al tema de la paternidad y el cuidado de los niños y niñas, Baker cuestiona sobre el lugar de los varones. Estudios cualitativos revelaron que existen hombres “ayudando” en casa en momentos específicos, pero no lo ven como una fuente de identidad masculina. Esto se da en India, Sudáfrica, Brasil y Chile. El desafío de las políticas públicas es convertir esas pequeñas acciones en parte de la identidad masculina, añadió. En este sentido expuso el caso de Noruega donde el uso de la licencia por paternidad creció de 4% a 85%, desde que comenzó a aplicarse en 1993 hasta 1998. El resultado de esta medida, comentó el profesional, “fueron hombres y mujeres más felices con la participación de los hombres; mayor participación de éstos en la vida de sus hijos e hijas y reducción en violencia contra las niñas y los niños”.
El tercer aspecto abordado fue la salud de los hombres. Para Baker “en general son las mujeres las que usan los espacios de atención primaria y los hombres están en los centros de urgencias. Necesitamos encontrar alternativas para que esto no suceda e implementar políticas públicas de promoción de la salud de los hombres”.
El tema de masculinidades y violencia fue el cuarto y último aspecto abordado por Baker. Según el experto, diversos estudios y estadísticas revelan que el 80% de las víctimas de homicidio en el mundo son hombres; siendo la violencia la causa principal del 14% de la mortalidad para los hombres y del 7% para las mujeres. Asimismo, el 90% de la población encarcelada en el mundo son hombres. “Es un hecho que el campo de la criminología y el conflicto armado son lugares de estudio sobre hombres y masculinidades, pero aún así no se reconoce como tal”, señaló. Por tal motivo, es fundamental contar con políticas de prevención de violencia con un enfoque de masculinidades.
En Europa, Australia, México, Brasil y América del Norte, comentó, se ha realizado trabajo con hombres que ejercen violencia contra mujeres, así como campañas de prevención de la violencia doméstica. Sin embargo, en este ámbito continúa “la búsqueda por encontrar políticas verdaderas de rehabilitación y no solamente de castigo, y desarrollar un enfoque en espacios seguros: escuelas, espacios públicos, ciudades”, concluyó.
Chile: ¿Qué masculinidades estamos creando?
Durante el seminario, Francisco Aguayo presentó la ponencia titulada “El papel de los hombres en la equidad de género: ¿qué masculinidades estamos construyendo en Chile?” La investigación “Masculinidades y Políticas Públicas”, desarrollada junto a la antropóloga Michelle Sadler, de la Universidad de Chile, que dio origen al paper presentado, se aproximó a los temas de familia y paternidad, salud sexual y reproductiva, salud mental y violencia.
Respecto al tema familia y paternidad, Aguayo contó que la tasa de participación laboral en Chile durante el año 2007 fue de 71,4% para los hombres y un 39,1% para las mujeres. Asimismo –continuó el profesional-, según una encuesta de Uso de Tiempo realizada recientemente por el Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM), para medir la Valorización del Trabajo Doméstico No Remunerado, las mujeres realizan un 71% de todo el trabajo no remunerado, destinando para eso entre 6 y 7 horas, mientras los hombres destinan aproximadamente 2 horas diarias en promedio al trabajo no remunerado en el hogar.
La misma encuesta reveló que la mayoría de las tareas de cuidado, crianza y tareas domésticas aún son consideradas propias de las mujeres y realizadas por ellas; el cuidado de hijos/as, personas enfermas y ancianos/as fundamentalmente está a cargo de las mujeres. El régimen matrimonial mayoritario y por defecto es el de la sociedad conyugal que pone al marido como ‘jefe’ administrando los bienes conyugales propios y los de la mujer. Por otro lado, es importante también tener en cuenta que pese al aumento de las uniones de hecho, no hay un reconocimiento jurídico de ellas, así como no hay derecho al matrimonio, herencia y paternidad en parejas de personas del mismo sexo.
Respecto a políticas sobre paternidad, el experto explicó que existen leyes o medidas puntuales y de alcance medio como la Ley 20.047 la cual en el año 2005 otorgó el postnatal masculino ampliando la licencia para los varones de 2 a 5 días. Estas medidas no consideran transformaciones estratégicas de género para reducir inequidades.
Ya en el campo de la salud sexual y reproductiva, todas las políticas están centradas fundamentalmente en las mujeres, siendo que los hombres aparecen sin derechos reproductivos, ausentes y poco relevantes en el desarrollo de los/as hijos/as, manifestó Aguayo. Así, el gran desafío es desarrollar políticas para la inclusión, participación y negociación de los hombres en los procesos reproductivos.
Respecto de la salud mental, al igual que el panorama mundial, en Chile desde 1990 a 2004 se duplicó la tasa de suicidios en hombres y mujeres, así como las muertes por accidentes, agresiones autoinfligidas y otras causas que ocurren más entre varones. “En Chile no existe una política efectiva que aborde la salud mental de los hombres. Sólo el 13% de los atendidos en el programa de depresión son hombres y hay altas barreras para el cuidado de su salud física y mental, así como facilitadores de riesgo: conducción descuidada, suicidio, consumo de alcohol y otras drogas, pocos atendidos en programas de depresión, etc. Los hombres son construidos más como violentos, alcohólicos, drogadictos, delincuentes que como personas con vulnerabilidades en su salud mental”, precisó.
A juicio del experto, la violencia entre hombres no está problematizada desde el género y existe una invisibilización de éstos como víctimas de abuso sexual, de maltrato infantil, bullying y homicidios. “El discurso y las medidas de la política tratan usualmente el problema de las violencias en general como un tema de violencia intrafamiliar o de delincuencia perpetrada por hombres”, dijo.
Finalmente, Aguayo enfatizó que no hay campañas con un discurso dirigido a involucrar a la mayoría de los hombres en el fin de la violencia de género y en el fin de la violencia entre hombres. La mayoría de las políticas y programas que han puesto atención en la prevención de la violencia juvenil, han sido desarrolladas en el contexto de las políticas de seguridad ciudadana y de prevención de violencia en las escuelas. “Tampoco hay trabajo en red y las experiencias están escasamente sistematizadas”, concluyó el profesional.
El Seminario fue organizado por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Departamento de Antropología, el Centro Interdisciplinario de Estudios de Género (CIEG), el Núcleo Investigación Género y Sociedad, del Departamento de Sociología de la misma universidad, y la consultora EME/Cultura Salud: Masculinidades y Equidad de Género.