El Seminario internacional Sexualidad y dimensión étnico-racial. Diálogos entre la academia, los movimientos sociales y el Estado, realizado en la ciudad de Cali (Colombia) entre los días 5 y 7 de diciembre, puso en la escena académica y pública los cruces entre sexualidad, la categoría “raza” y diversidad cultural, un debate poco explorado en Colombia. Para los organizadores del seminario, de la Universidad del Valle, proponer esta discusión es fundamental, si se tiene en cuenta el marco constitucional que ese país ha asumido, como una nación pluriétnica y multicultural. Actualmente se proponen diversas estrategias focalizadas que respondan a la diversidad cultural y en las que combatir la discriminación, tanto racial como sexual, emerge como objeto de políticas públicas.
Participaron del encuentro investigadores nacionales e internacionales que presentaron trabajos que relacionaban sexualidad y dimensión étnico-racial, así como activistas del movimiento LGBT, del movimiento afro y responsables de programas en el área de salud sexual y reproductiva y VIH-SIDA.
Fernando Urrea, investigador de la Universidad del Valle, coordinador académico del seminario, junto con Mara Viveros de la UNC, enfatizó la importancia del tema en el país sustentado en dos argumentos. El primero es la propuesta teórica y política de racializar la sexualidad y sexualizar la raza. Más que imponer órdenes raciales en el campo de la sexualidad o proponer diferencias étnicas en relación con comportamientos sexuales, se trata de identificar cómo la raza juega un papel fundamental en la configuración de las desigualdades de género y de las minorías sexuales. Además del género y la clase, la raza es una categoría útil para la comprensión del campo de la sexualidad. En segundo lugar, en el mundo contemporáneo, la sexualidad es una arena de debate fundamental en la definición de la ciudadanía en general.
En la perspectiva del CLAM, raza, sexualidad e salud son aspectos que, imbricados entre si, estructuran el acceso a bienes, estatus, ocupación o empleo, la trayectoria escolar, e inciden sobre la vulnerabilidad de individuos frente a enfermedades de transmisión sexual y el sida, sobre los cuidados y sobre el acceso a los sistemas de salud. Ellos no deben ser entendidos como una sumatoria de determinaciones. Su operación es maleable, mediada por estructuras sociales y relaciones de poder. El prestigio social se produce y manifiesta a través de diferencias tanto raciales y étnicas, como sexuales y de género, articuladas entre si. Tener en mente esas dimensiones nos permite comprender algunos sentidos relativos al la identidad étnica, la raza o el color y el racismo, el género y el sexismo, en sus complejos interjuegos.
El seminario permitió identificar la necesidad de promover más investigaciones que aborden estos cruces y la importancia del diálogo entre responsables de políticas públicas e investigadores, para aprovechar mejor los resultados de los estudios en la formulación de enfoques diferenciados, de acciones afirmativas, así como en la incorporación de la discriminación como un tema transversal en las políticas ciudadanas. Se subrayó fuertemente la propuesta de alianzas estratégicas entre movimientos sociales minoritarios (raciales, étnicos, LGBT, feministas) para concertar agendas comunes y aunar esfuerzos en la lucha contra todas las formas de discriminación.
Eric Fassin (investigador ENS – Francia) destacó el carácter comparativo del seminario. Tener la oportunidad de escuchar temas de investigación similares desde diferentes países, permite pensar la sexualidad en una escala más amplia y, en todo caso, pensar qué escalas – local, nacional, global –debe usarse para pensar determinados problemas.
Para Laura Moutinho, que en su libro Razão, “Cor” e Desejo analiza comparativamente relaciones afectivo-sexuales en Brasil y Sudáfrica y representó al CLAM en el seminario, un punto fundamental que la perspectiva comparada nos permite problematizar es el referido a la “realidad del racismo”. Tomar la discriminación racial al unísono no permite ver precisamente la especificidad que crea tantos y tan variados sufrimientos y restricciones, ni ayuda en la reflexión sobre las soluciones posibles. Es preciso tener en mente que los rostros del racismo no son necesariamente explícitos ni unívocos. Laura rescató lo interesante que fue, en el seminario, conocer mejor la dinámica de la discriminación racial en el Peru, “un país que en nuestro imaginario aparece como exclusivamente indígena”. Fue también interesante la articulación que Eric Fassin realiza entre raza y homosexualidad, a partir del análisis del PACS francés. El será desarrollado próximamente publicará una entrevista exclusiva del CLAM con el sociólogo francés.
Marcela Rueda (Coordinadora del área de género de Profamilia) refiriéndose al panorama de los derechos humanos de las personas viviendo con VIH, subrayó que es importante multiplicar espacios que relacionen las variables de sexo, “raza” y diversidad sexual. Marcelo Cerqueira (Presidente del Grupo Gay de Bahía) resaltó que el seminario fue muy importante, al permitir la integración de la academia con los movimientos sociales y sobre con el todo el movimiento LGBT. Fue muy valioso poder compartir y comparar las experiencias de Brasil y de Colombia en relación con la defensa de los derechos de las minorías sexuales.
Las diferencias entre cómo personas negras e indígenas viven una serie de problemas sociales fue otra de las temáticas que movilizaron el seminario. Para Pastora Juajibioy (indígena Kamtsa), las temáticas de sexualidad y derechos sexuales y reproductivos son aún poco tratadas en los grupos indígenas, aunque algunos grupos han empezado a abordarlas desde la cosmovisión propia.
Varios participantes abrieron la discusión también a cómo ciertos programas de control de la natalidad chocan con algunas concepciones locales acerca del curso de la vida y son rechazados. Por ora parte, algunas de esas políticas también son recibidas con gran desconfianza, pues para ciertos grupos étnicos los programas de contracepción pueden representar el exterminio del grupo. Pastora señalo también las dificultades que entrañan proponer el tema de la diversidad sexual entre los pueblos indígenas.
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El punto de partida de estudios clásicos sobre relaciones raciales ha tenido a los Estados Unidos como locus privilegiado de reflexión. En sintonía con el objetivo del CLAM, el Seminario internacional Sexualidad y dimensión étnico-racial, realizado en Cali trajo otros polos a esta comparación y reflexión. Por un lado, rescató y colocó en el centro de la cuestión las dimensiones más íntimas de esas relaciones. Por otro, generó una interlocución entre países como Colombia, Francia, Perú y Brasil, donde las relaciones interétnicas y raciales estructuran dinámicas sociales, pero cuyas experiencias han sido menos destacadas en las discusiones sobre el tema.
Pretendemos continuar promoviendo reflexiones sobre aspectos aún poco abordados en el campo de las interacciones atravesadas por la dimensión étnico-racial, como son la homosexualidad, la experiencia trans, las relaciones amorosas y sexuales, la conyugalidad, el erotismo, la enfermedad, la intervención social, así como las prácticas regionales pensadas en una perspectiva global.
Programa completo del seminario