Nuestro Presidente tiene claros sus objetivos y no se va por las ramas, trabajar, trabajar y trabajar, con su equipo de gobierno por ganar terreno con su política autoritaria y de restricción de libertades muy bien vendida con su discurso de lucha contra el terrorismo. Habilidosamente el Presidente ha venido vendiéndonos un país “transformado” mágicamente por su bastón de mando, ahora nos ha estado cambiando sutilmente el nombre a las cosas como si así se solucionasen las cosas; así nos dice que en el país no existe “conflicto armado”, tampoco existe la izquierda ni la derecha y en sus últimas apariciones nos dice que en Colombia no existe el delito político, (rebelión, asonada, sedición) que este ha desaparecido en las democracias avanzadas como en Europa, y, no entendemos de donde se le ocurre comparar esas democracias con la nuestra y concluir que en Colombia tampoco se debería hablar de delito político sino de terrorismo; Discúlpenos Sr. Presidente, pero de Europa no solo nos separa un gran océano sino que nos falta mucho terreno de avance en la democracia, y de abolición de desigualdades sociales, aspectos por los cuales no lo vemos a usted trabajar tan juiciosamente.
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