Por Susana Yappert, desde Río Negro.
En Loncopué, Neuquén, una madre denunció hace un año que sus hijas de 9 y 6 años fueron violadas por el dueño del campo donde vivían. El caso llegó a juicio y el acusado fue absuelto. El fiscal elevó el caso al Superior Tribunal de Justicia de Neuquén que aún no se pronunció. Mientras tanto, las víctimas de este derecho de pernada tan habitual aún en muchas regiones del país, reciben asistencia de la Pastoral local y de la Red Interinstitucional de Violencia Familiar. La mayor de las niñas manifiesta con claridad que se sentiría mejor si el abusador estuviese preso.
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