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Escenario conservador

El domingo 9 de abril tuvieron lugar en Perú elecciones presidenciales y legislativas. Ollanta Humala obtuvo el primer puesto con más de un 30% de los votos y según el conteo aún inconcluso, Alan García se proyecta como su contrincante para la segunda vuelta, por una leve diferencia sobre Lourdes Flores Nano. Se habían presentado 23 candidaturas para presidente, de ellas 3 de mujeres.

 

A lo largo de la campaña electoral, temas referidos a los derechos sexuales tales como la despenalización del aborto, la píldora del día siguiente y el reconocimiento legal de las uniones entre personas del mismo sexo aparecieron intermitentemente en el debate. Sin embargo, más allá de las declaraciones verbales, resulta indispensable analizar qué se plantea en los planes de gobierno.

 

A continuación presentamos un análisis de los planes de cinco agrupaciones políticas, tres de las cuatro que lideraban las encuestas: la derechista Unidad Nacional, el Partido Aprista Peruano, cuyo candidato Alan García ha sido caracterizado como populista, el Frente de Centro, y dos de partidos que resultaron rezagados en los sondeos de intención de voto, pero cuyos planteos consideran los estándares internacionales en derechos sexuales: el Partido Socialista y la Concertación Descentralista. Por su limitada disponibilidad, no fue posible analizar el plan de Unión por el Perú, cuyo candidato a presidente, el nacionalista Ollanta Humala, obtuvo el primer lugar en la primera vuelta, garantizando su participación en el ballotage.

 

Unidad Nacional

 

Lourdes Flores Nano, de la alianza Unidad Nacional, conformada por el Partido Popular Cristiano, Renovación Nacional y Solidaridad Nacional, era quien lideraba las encuestas y en la primera vuelta fue superada por Ollanta Humana. El Plan de Gobierno de Unidad Nacional aplica un concepto de familia tradicional que enfatiza para la mujer el rol de madre en el marco del matrimonio, definido como la unión del varón y la mujer. En elocuentes pasajes señala que “el hogar es un ámbito particularmente bueno para el crecimiento de la personalidad de la mujer. La atención a la familia es de una dignidad de primer orden, en la que se cumple una misión insustituible“. Más adelante agrega: “El fundamento de la sociedad es la familia, el de la familia el matrimonio y el de éste, la unión de varón y mujer”. Estos discursos reafirman los roles que sustentan la dominación masculina, el control de la sexualidad de las mujeres, la apropiación del cuerpo y la negación de la diversidad de familias.

 

La propuesta de Unidad Nacional señala la necesidad de “promover la aplicación efectiva de normas contra la violencia familiar”. Con todo, no plantea ninguna propuesta en cuanto al acceso a los métodos de anticoncepción, no cabiendo mención de los derechos sexuales y reproductivos. En declaraciones a los medios, la candidata ha manifestado ser partidaria de la distribución de la anticoncepción oral de emergencia (AOE), posición que generó un conflicto interno con Renovación Nacional, el sector más conservador de su alianza electoral. Por otra parte, se ha mostrado contraria a la despenalización del aborto y al reconocimiento de las uniones entre personas del mismo sexo.

 

Partido Aprista Peruano

 

El Partido Aprista Peruano tiene como candidato al ex presidente Alan García, quien hoy tiene más chances de enfrentar a Ollanta Humala en la segunda vuelta. Su plan de gobierno es claro al definir, como necesidad impostergable para el desarrollo humano, “la educación de las niñas, a fin de crear un capital que les permita convertirse en mujeres y madres con una clara ventaja comparativa”. Por otra parte, sostiene la necesidad de “atender al ser humano y protegerlo desde que está en el vientre materno.” Indica además, el “fortalecimiento de la familia y la juventud”. Remarca “el fortalecimiento de la familia como espacio fundamental del desarrollo integral de las personas, promoviendo el matrimonio y una comunidad familiar respetuosa de la dignidad y los derechos de todos los integrantes de la familia”. Por último plantea “garantizar programas educativos orientados a la formación y el desarrollo de familias estables, basados en el respeto entre todos sus integrantes”.

 

Al enfatizar el rol de madre en la mujer y la protección del ser humano desde el vientre materno, son reafirmados los roles tradicionales que sustentan la dominación masculina y el control del cuerpo de las mujeres. Sin embargo, al enfatizar el desarrollo integral y el respeto de todos sus integrantes, la visión aprista de la familia es diferente de la planteada por Unidad Nacional. Definido como de izquierda, Alan García, ha declarado a los medios ser partidario de la distribución de la Anticoncepción Oral de Emergencia y del reconocimiento de las uniones entre personas del mismo sexo, si bien no aceptaría el matrimonio entre estas, ni la despenalización del aborto.

 

Frente de Centro

 

El Frente de Centro tenía como candidato al ex-presidente Valentín Paniagua, que se ubicaba en cuarto lugar en las encuestas. Su plan de gobierno prácticamente omitía los derechos de las mujeres y los derechos sexuales. Las mujeres aparecían vinculadas con la maternidad, la gestación, la promoción de la salud o la promoción de las mujeres empresarias.

 

Mencionaba que un paso para la lucha contra la pobreza era erradicar la discriminación por razones de género, etnia, credo o discapacidad, e indicaba que: “más de 2 millones de peruanos no saben leer ni escribir: 86% son mujeres y 81% rurales”. En su propuesta no era señalada ninguna posición con respecto a la despenalización del aborto, ni tampoco con respecto a los derechos y ciudadanía de las personas TLGB. Ante los medios, Paniagua manifestó ser partidario de la distribución de la AOE y del reconocimiento de las uniones entre personas del mismo sexo, pero contrario a la despenalización del aborto.

 

Concertación Descentralista

 

La Alianza Electoral Concertación Descentralista tenía como candidata a Susana Villarán, que no llegó a superar el 4% en las encuestas. Su plan planteaba la “reforma educativa y de salud para la protección de la próxima generación con niños y niñas sanos y educados, con capacidad de desarrollar plenamente su potencial humano” y contemplaba la prevención y reducción del abuso sexual y la erradicación de la explotación sexual. Indicaba que la equidad de género sería un eje transversal en sus programas de salud y señalaba la “promoción efectiva de los derechos humanos de todos y todas y el combate firme de la impunidad”. Se comprometía a trabajar las recomendaciones de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR), así como completar el Plan Nacional de Derechos Humanos, sin excluir los Derechos Sexuales y Reproductivos ni reducir derechos de las personas de diferente orientación sexual. Indicaba la “defensa del derecho de la adolescencia y la juventud al empleo, la capacitación, al acceso a la salud, a la participación y a la recreación” y que favorecerá la implementación de políticas multisectoriales a favor de la salud sexual y reproductiva de las y los adolescentes, el ejercicio de los derechos ciudadanos y la educación sexual con perspectiva de género y diversidad sexual.

 

Desarrollaba ampliamente la efectiva equidad de género y se comprometía a combatir toda forma de discriminación y violencia contra la mujer, a través de la democracia representativa y participativa. La transversalización del eje equidad de género en la política pública se haría efectiva en las reparaciones a niñas y mujeres recomendadas por la CVR. Se prevendría, sancionaría y erradicaría toda forma de violencia de género en la vida de mujeres y hombres, promoviéndose la igualdad de oportunidades. El plan planteaba expresamente los temas de violencia contra la mujer, violencia sexual, y reconocía a la diversidad sexual como un elemento integrante de la identidad nacional. Indicaba que su respeto contribuiría a la transmisión de valores de equidad, solidaridad y tolerancia. Con respecto al aborto, se mencionaba que tendría prioridad la atención de sus complicaciones.

 

Partido Socialista

 

El Partido Socialista tenía como candidato a Javier Diez Canseco, quien no superó el 4% de las preferencias en las encuestas previas a la elección. En su plan, señalaba la necesidad de «reformar el estado para crear la nueva república democrática, social y descentralista». Proponía la superación de toda forma de exclusión y discriminación por razón étnica, cultural, religiosa, de género, opción sexual o diferencia de ideas. Asimismo, mencionaba la promoción de un estado laico, no confesional, de respeto y tolerancia a las religiones y tradiciones culturales de los diversos pueblos de la nación.

 

Planteaba una estrategia de desarrollo social que brindase a todas y todos la posibilidad de potenciar sus capacidades para aprovechar sus oportunidades y la solución de los problemas de exclusión de mujeres, jóvenes, adultos mayores, homosexuales y personas con capacidades diferentes. Destacaba el énfasis en salud sexual y reproductiva de mujeres y hombres, con atención especial a adolescentes y jóvenes. En lo político, proponía la equidad y superación de la exclusión de género, promoviendo la igualdad entre hombres y mujeres en el acceso al ejercicio del poder político y de oportunidades de progreso. Sobre este punto, se desarrollaba ampliamente la eliminación de toda forma de discriminación contra la mujer en la política, salud, educación, justicia, sociedad civil y la erradicación de toda forma de violencia sexual, física y psicológica hacia la mujer. Plantea la despenalización del aborto, garantizando todas las formas existentes de anticoncepción para evitar embarazos no deseados, la promoción y protección de la plena vigencia de los Derechos Humanos integralmente para los sectores de la población en situación de vulnerabilidad por su orientación sexual, identidad de género, trabajo sexual y/o por vivir con VIH/SIDA, en condiciones de igualdad y sin discriminación.

 

A modo de conclusión

 

Nos encontramos, sin duda, frente a un escenario adverso y muy conservador. Se abren preguntas para quienes desde los movimientos sociales, la academia y el día a día como ciudadanos, apostamos por los derechos sexuales. ¿Por qué la propuesta de los derechos sexuales no ha logrado calar en el campo de la política tradicional? ¿Qué es lo que ansiamos lograr en este campo? ¿Cómo podemos recrear nuestras estrategias y nuestras formas de hacer y analizar la política para que no se vean mermados y vulnerados los derechos de las personas en el ámbito de la sexualidad, la afectividad y el deseo? La reflexión es imperiosa, hoy más que nunca.

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