Aunque todavía no se conoce el texto del fallo de la Corte que despenalizó el aborto, la opinión pública se ha estremecido con la decisión y con la polémica que se ha armado alrededor de sus repercusiones. Hasta la Sentencia el debate discurría en dos caminos: el de la supuesta inexequibilidad de normas del Código Penal que tipifican como delito el aborto y el de la conveniencia social y política de mantener la penalización de esa conducta. El tema permitía contrastar posiciones de los partidos y candidatos presidenciales y resultaba ser un buen indicador de las más profundas convicciones éticas de los principales líderes del país.
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