El 1 de diciembre en Chile, la Teletón – campaña televisiva de donaciones para menores discapacitados – tal vez sea más difundida que la nueva conmemoración del Día Mundial de Lucha contra el Sida. Sin embargo, dos coordinadoras de organizaciones de la sociedad civil –ASOSIDA y Vivo Positivo – esperan que muchos chilenos participen del gran acto cultural que se realizará en la Plaza de la Constitución que conmemorará el Día Internacional de Lucha contra el Sida, donde se señalarán las deudas pendientes de este país en cuanto a la prevención de la pandemia.
Remontándose en la historia, el primer caso de Sida en Chile fue notificado en 1984 y desde entonces la incidencia de infección por VIH ha ido en constante aumento, llegando a 12.574 el total de casos de VIH y de Sida notificados hasta el 31 de diciembre de 2003, con 4.074 fallecidos. Las estimaciones oficiales indican que 2.154 personas contraen anualmente en Chile la infección y 33.314 personas vivirían con VIH, con una prevalencia país de 0,2% en la población general.
La principal vía de transmisión es la sexual, con el 94,1% de los casos y sólo el 4,3% de los casos son por transmisión endovenosa. La transmisión homo/bisexual sigue siendo predominante, no obstante la velocidad de aumento de incidencia sea mayor en mujeres que en hombres da cuenta del aumento de importancia de la transmisión heterosexual: 4,7% contra 3,0%. Esto explica la tendencia a la feminización de la epidemia, aunque la relación hombre-mujer es aún de 4:1 para la infección por VIH y 7:1 para casos de SIDA.
Tuvieron que transcurrir seis años para que el gobierno de turno comprendiera que esta epidemia no podía ser abordada como un área más del programa de las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) a cargo del Ministerio de Salud. El 4 de mayo de 1990 fue creada la Comisión Nacional del Sida, CONASIDA, responsable de la elaboración y coordinación ejecutiva del Programa de Prevención y Control del Sida.
En un contexto político, cultural y social de transición democrática y de reestructuración de los movimientos sociales disgregados durante la dictadura, en el año 1991 nació la primera organización de las minorías sexuales denominada Movimiento de Liberación Homosexual, Movilh, quienes lanzaron las primeras líneas generales del movimiento homosexual chileno. En la segunda mitad de la década de los 90, nacieron otros grupos homosexuales, cuyos objetivos eran visibilizar la realidad de gays, lesbianas bisexuales, personas transgénero y transexuales en espacios públicos y privados, promover acciones jurídicas, legislativas, culturales y sociales por los derechos humanos de las minorías sexuales.
Es así que desde 1991 en adelante se han elaborado diversas propuestas preventivas, con una visión amplia y adecuada sobre las implicancias socioculturales que tiene el virus en la sociedad. Estas iniciativas han surgido de demandas y acciones concretas de la sociedad civil, que progresivamente se fueron articulando a políticas de estado. Se han desarrollado propuestas de educación y capacitación dirigida a grupos específicos; se ha realizado un trabajo a nivel individual a través de la consejería pre y pos test y, desde 1995, opera FONOSIDA, un servicio telefónico nacional, gratuito y confidencial. Estas acciones fueron realizadas potenciando su impacto en los diferentes públicos y en la población general.
En esa misma línea, desde el año 2002, Chile incorporó el proyecto “Aceleración y Profundización de la Respuesta Nacional, Participativa y Descentralizada a la Epidemia VIH/SIDA en Chile”, aprobado por el Fondo Mundial de Lucha Contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria. El mismo ha permitido mejorar las políticas y fortalecer la relación con la sociedad civil, además de dar 100% de cobertura en la terapia antirretroviral.
Sin embargo, las iniciativas de mayor impacto para la opinión pública sonlas ocho campañas nacionales de prevención que realizadas hasta la fecha. El valor de éstas reside en la posibilidad de instalar en el discursopúblico una información que sirve de referencia para la evolución en la conducta de las personas. Las organizaciones de la sociedad civil no se quedaron fuera de estas iniciativas de difusión masiva. Desde el 2003 participan de ellas y hasta el día de hoy se encargan del diseño de la Campaña Nacional junto al sector estatal. La 8ª Campaña Nacional contra el Sida fue gestada por VIVO POSITIVO (Coordinadora Nacional de Agrupaciones y Organizaciones de Personas Viviendo con Sida) y ASOSIDA (Asamblea de organizaciones y ONGs con trabajo en la prevención del Sida). Ambas entidades promueven estrategias de prevención a nivel nacional para la incorporación de hábitos sexuales saludables en pro de la prevención de esta enfermedad.
Esta última campaña ha dado un salto significativo respecto de sus antecesoras. Por un lado, está focalizada en la población de 15 a 30 años. Los datos epidemiológicos sobre la infección del Sida señalan que el 85.1% de los casos notificados de Sida se encuentra en el grupo etario de 20 a 49 años. Sin embargo, de acuerdo a las características que tiene la evolución del virus, esas personas habrían adquirido el Sida cinco a diez años antes, situando entonces la edad de riesgo de infección a partir de la adolescencia. Las mismas cifras indican que en las relaciones sexuales se encuentra la principal vía de exposición al VIH, según ha declarado el 93.1% de los casos de personas con el virus.
Estudios de diversas instituciones muestran que en Chile, la iniciación de la vida sexual se está produciendo mayoritariamente entre los 15 y 18 años. Todo lo anterior, demuestra el acierto de focalizar la última campaña de prevención del Sida en la población joven -período para la consolidación de formas de vida saludables- lo que puede significar una conducta sexual segura a lo largo de la vida.
Por otro lado, esta campaña incorpora una propuesta de prevención concreta y adecuada, el uso del condón. Atrás quedaron las campañas que hablaban de la abstinencia sexual y la pareja única como métodos para prevenir la propagación del Sida.
El impacto de las campañas nacionales ha sido innegable. Las evaluacionesrealizadas muestran que, desde la primera realizada en 1991 hasta hoy, la población demuestra una mayor comprensión acerca del Sida, sus características como epidemia, así como un conocimiento racional de las medidas preventivas.
Pero aún hay temas pendientes al respecto. Uno de ellos es la reglamentación de la Ley del Sida (Nº 19.779 de 2001) que, si bien representa importantes avances en materia de los derechos de las personas viviendo con VIH/SIDA, en especial en el tema de la confidencialidad, requiere de esa reglamentación para tener mayor eficacia y exigibilidad. La sociedad civil encamina sus pasos en esa dirección. La precariedad de la norma legal incide directamente en casos de violación de la confidencialidad de la información, exigencias de exhibir el examen del VIH al momento de buscar trabajos y despidos.
La particular coincidencia mediática del 1 de diciembre –de la Teletón junto al Día Mundial de Lucha contra el Sida- es una interesante metáfora sobre la situación actual en relación al VIH. Pese a los intentos sostenidos durante estos últimos 16 años por difundir su impacto en lasociedad, es una realidad presente, pero aún invisible para la mayoría delos chilenos.