CLAM – ES

Mala sangre

Donar sangre es una responsabilidad social, un acto de solidaridad, un gesto de buenas personas; así se busca promover la donación voluntaria de sangre desde diferentes campañas –oficiales y privadas– que en el mes de noviembre –por recordarse el Día del Donante– se convierten en habituales. Lo que callan estas campañas es que no cualquiera puede hacerlo: homosexuales, personas con tatuajes o piercing, las que declaren haber tenido parejas ocasionales en los últimos doce meses –con o sin protección– quedan fuera del ágora de la solidaridad para convertirse en una extensa tribu de sospechosos. En exclusiva, Soy tuvo acceso al documento con el cual el Ministerio de Salud se propone justificar este acto de
discriminación “saludable”.

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