Está disponible para consulta en línea el tercer número de la Boletina Anual Aborto: experiencias, situaciones y debates actuales en Colombia y América Latina. A través de un formato flexible en el que participan investigadoras/es, activistas, estudiantes y personas que trabajan temas relacionados con el género y la sexualidad, la publicación de la Escuela de Estudios de Género (EEG) de la Universidad Nacional de Colombia busca contribuir a la divulgación de cuestiones centrales para la vida de mujeres y hombres de distintos sectores de la sociedad.
El volumen editado por Franklin Gil Hernández, antropólogo e investigador de la EEG, se compone de tres secciones que recogen textos heterogéneos en su formato, objetivos y autoría. La primera presenta relatos de mujeres que abortaron y que exploran modos de transformar en una experiencia política de solidaridad una decisión que con frecuencia debe ser tomada individualmente y en soledad. Al respecto, Gil Hernández destacó en la presentación pública del texto la importancia de entender el carácter oculto, silencioso e individual de esta experiencia como “un ingrediente de la dominación reproductiva y corporal sobre las mujeres, que se ancla en un dispositivo cultural que busca impedir que ellas puedan ser aliadas políticas”. A esta situación le harían frente los relatos que componen dicha sección.
La segunda parte se compone de reflexiones académicas y jurídicas sobre problemáticas en materia de atención en salud, barreras institucionales para acceder a la interrupción legal del embarazo y retos del movimiento de mujeres, así como de textos analíticos que abordan el derecho al aborto y el derecho a la reproducción como esferas relacionadas desde una perspectiva biopolítica. En este sentido, el editor recordó el llamado de atención del feminismo negro norteamericano de la década de 1970 respecto a que si bien para algunas mujeres abortar constituía un derecho, para otras era una imposición de grupos dominantes que prescribían quiénes podían reproducirse y quiénes no; así como cuáles eran los cuerpos más aptos y merecedores de existencia, en términos de género, raza y clase. Análisis sobre las tecnologías de reproducción asistida, adopción y parentesco también se incluyen en esta sección, que evidencian la complejidad del aborto como campo de discusión y la “debilidad” de un debate centrado únicamente en cuestiones jurídicas y médicas, señaló Gil Hernández.
Los textos recogidos en la última sección dan cuenta de diversas dimensiones relacionadas con el aborto, destacan la profundidad histórica del tema y los distintos escenarios en los que circula en la actualidad, como producciones filmográficas y foros en la Internet. Asimismo, se incluye la declaración de un colectivo feminista dirigida a un presidente de la región.
En el evento de lanzamiento, Sandra Mazo, integrante de Católicas por el Derecho a Decidir, señaló que este número de la Boletina constituye un importante ejemplar de consulta al ofrecer un mapa histórico de la lucha por la despenalización del aborto en Colombia y abordar dicho proceso más allá de la lógica jurídica, considerando también el papel desempeñado por las organizaciones de mujeres, así como los debates ético, político y académico. En su opinión, los textos contenidos en el volumen evidencian la riqueza argumentativa del proceso de despenalización del aborto en el país desde 1975, cuando se presentó la primera iniciativa legislativa en esta dirección, hasta la actualidad. Agregó que los textos reunidos en el volumen permiten trascender las miradas centradas en sujetos como el Procurador General de la República Alejandro Ordoñez –célebre por su oposición al reconocimiento de los derechos de las mujeres y de las personas LGBT– para abordar cuestiones estructurales relacionadas con los fundamentalismos en materia de Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos.
La activista destacó la interlocución con hombres sobre aborto en la publicación y citó un texto del CLAM incluido en la Boletina que analiza los complejos vínculos entre masculinidades y aborto a partir de la investigación Heterosexualidades, Contracepción y Aborto (HEXCA), llevada a cabo por Maria Luiza Heilborn (CLAM/IMS/UERJ), Mónica Petracci (CEDES/UBA) y Mara Viveros (EEG/UNAL). Mazo se preguntó hasta qué punto la distancia que toman muchos hombres frente a la decisión de abortar y con respecto al debate responde al modo como el feminismo ha tratado el tema. En este sentido, instó a revisar el diálogo con los hombres sobre el tema.
Por su parte, Carolina Ojeda, docente y feminista, señaló que un elemento central del volumen es la invitación a pensar la autonomía de las mujeres sobre sus cuerpos más allá de los lenguajes normativos del Estado. “Si bien es necesario exigir al Estado la garantía de condiciones para ejercer nuestros derechos sexuales y reproductivos, donde el aborto sea una elección, también es necesario promover prácticas de apropiación de nuestros cuerpos desde marcos distintos a los del derecho. Esto no implica desconocer la importancia del Estado o de las instituciones, sino construir otros referentes para la autonomía que pasan por el cuerpo, la vida cotidiana y la reconfiguración de nuestro deseo”, explicó.
Asimismo, planteó el desafío de articular saberes ‘otros’ a una pedagogía que involucre los Derechos Sexuales y Reproductivos. Ojeda afirmó que desde la perspectiva de la pedagogía feminista, las prácticas que involucran el conocimiento deben estar en conexión directa con la realidad y orientadas a transformarla, evitando acudir a formas occidentales de diferenciación y clasificación social que cuestionan a priori la legitimidad de determinados saberes como los de parteras y yerbateras, a quienes se acude tanto para interrumpir un embarazo como para darle curso. Pese a que sujetos como estos son productores de saberes que soportan física y emocionalmente las intervenciones sobre el cuerpo, su conocimiento ha sido relegado al estatus de meros ‘consejos’ por parte de las formas hegemónicas y patriarcales de saber, señaló. La docente afirmó que parte de la riqueza de dichos saberes reside en que albergan en sí mismos una historia de resistencia frente a la apropiación de los cuerpos, la sexualidad y el deseo de las mujeres por parte de marcos hegemónicos, androcéntricos y heterosexuales de conocimiento. En este sentido, planteó que para darle cabida a los saberes ‘otros’ en la educación formal, es preciso interrogar los fundamentos del proyecto educativo moderno y normalizador, asumir que la escuela es un espacio político de transformación y que la formación de niñas y niños es mucho más que su disciplinamiento como sujetos.
En un análisis sobre los cambios y permanencias en el debate sobre aborto en Colombia, Mara Viveros, docente e investigadora de la EEG, hizo referencia a la legitimidad que ha cobrado recientemente la experiencia de las mujeres que han abortado como fuente de conocimiento sobre el tema. “En la actualidad, la teoría feminista ha señalado la pertinencia de pasar de discusiones ontológicas sobre la vida como principio abstracto a debates sociales anclados en la vida de las mujeres y de los hombres implicados en la decisión de abortar, así como en la politización de las experiencias personales”, señaló. Se refirió a la investigación HEXCA que toma como centro dichas experiencias y las vincula además con preguntas en torno a la heterosexualidad y la anticoncepción. “El aborto aparece vinculado a la heterosexualidad como forma de ordenamiento sexual de la sociedad”, puntualizó.
Otro cambio en el debate es la aparición de nuevas vetas de reflexión teórica, que eran prácticamente inexistentes hace 20 años, indicó Viveros. Citó como ejemplo un artículo de Ángela Facundo Navia incluido en la Boletina que aborda los vínculos entre tecnologías de reproducción de la especie y la obligatoriedad de la reproducción. “Este artículo muestra cuán mediada por tecnologías biomédicas está la reproducción y cómo dicha mediación no sólo incluye la ingesta de anovulatorios, tratamientos de fertilidad y técnicas de fertilización, sino también formas de intervención biomédica que producen cuerpos aptos para la reproducción de la especie. El texto también pone en evidencia procesos de género que orientan la supuesta obligatoriedad natural de la reproducción para las mujeres y el lugar que se les asigna como responsables del futuro de la humanidad, al tiempo que se oculta la responsabilidad de los hombres en el engendramiento”, señaló.
Pese a estos cambios que implican importantes avances, otras cuestiones se han transformado muy poco. La investigadora de la EEG señaló que las voces de grupos minoritarios como las mujeres indígenas y afrodescendientes siguen ausentes en el debate sobre aborto. Explicó que en dichos movimientos sociales persisten resistencias frente al feminismo, el cual es percibido como un discurso externo, y que la tensión entre derechos individuales y derechos colectivos tampoco ha facilitado este diálogo. “El aborto sigue siendo pensado del lado de los derechos individuales y no se cree que pueda contribuir al fortalecimiento de los pueblos indígenas o de los pueblos afrodescendientes. Sería importante conocer mejor cómo se debate el aborto entre líderes indígenas y afro”, afirmó.
Para concluir, Viveros planteó otras líneas de análisis de la dimensión jurídica del aborto que la consideren no sólo en términos normativos, sino también como una lucha de las mujeres en dos frentes: uno que busca el reconocimiento de las mujeres como demandantes de derechos no sólo ante los tribunales, sino también en las relaciones cotidianas; otro relacionado con la inscripción de las mujeres en la narrativa jurídica de la nación, que tiene lugar en una pugna con otros agentes que buscan su exclusión. Sobre el segundo aspecto, señaló: “Las leyes dan cuenta de la capacidad de influencia social que tiene un determinado grupo. Un propósito central de los logros jurídicos sobre aborto es visibilizar el lugar que ocupan las mujeres en las relaciones de poder. La lucha de las mujeres al respecto es también la lucha por acceder e inscribirse en la narrativa jurídica frente a otros sujetos colectivos que también buscan reconocimiento en el contexto de la nación. Uno de estos sujetos dice luchar en defensa de la vida y representa los distintos intereses de las iglesias. El Estado Vaticano y su representación en el país está ansioso por afirmar que todavía conserva una porción importante de poder decisorio en la nación y desarrolla para ello una lucha en términos de una política de la identidad. Busca demarcar un territorio dentro de la nación colombiana como dominio de la Iglesia”. No obstante, la lucha de este otro sujeto colectivo que recoge los intereses de las iglesias ha cambiado y se plantea a través de figuras aparentemente seculares como la del Procurador General de la Nación. En este sentido, Viveros señaló la importancia de examinar los “nuevos ropajes de los fundamentalismos” y de abordar dichas posturas ideológico-religiosas en contextos más amplios como el de la globalización.