De sexo casi nunca se habla con los hijos. Muchos padres tienen miedo, también prejuicios. Los chicos aprenden en la calle lo que debería ser discutido en casa. Y luego llegan las sorpresas no deseadas, los traumas insospechados y los lamentos por la información que no se dio o la advertencia que no se hizo. ¿Hasta cuándo?