Norma cuevas, un relato, un drama. Es la primera vez que Norma Cuevas deja su provincia, Santa Fe. Hasta que a la segunda de sus hijas le detectaron un cáncer en la mandíbula, pocas veces había salido de Vera, un pueblito del norte cuya referencia más vital es otro pueblo, Reconquista. Uno de esos pocos viajes lo había hecho cuando Ana María Acevedo, que tendría 20 años ahora, tenía 13. Fueron juntas a Itatí, cumpliendo una promesa hecha a la virgen de la melena oscura. “Yo la promesé porque cuando nació yo tuve muchos problemas, entonces se la entregué a la virgencita, le corté el pelo que tenía hasta la cintura y lo dejé en el altar. Por eso le pido a mi abogado que me consiga una entrevista con el obispo, porque le quiero preguntar por qué la Iglesia no defendió a mi hija.”