Aunque YouTube tiene vida propia y le interesa bien poco la opinión de la poderosísima bancada evangélica que posa sus reales en el parlamento brasilero, por simple precaución habrá que apurarse a bajar los videos de la campaña Escuelas sin homofobia (escolas sem homofobia, para optimizar el buscador) que la presidenta Dilma Rousseff ha decidido abortar la semana pasada después de haber sido extorsionada públicamente por el bloque de parlamentarios evangélicos. O esa campaña era eliminada de cualquier sitio de circulación pública y se prohibía su ingreso a las escuelas o los evangélicos se encargarían de quitarle el apoyo parlamentario y de sentar en banquillo de los acusados por corrupción a al menos dos de sus ministros.