Norteamericano de nacimiento, hispanista por ejercicio intelectual y seductor por práctica cotidiana, Bradley Epps —profesor de Harvard y director de un programa de estudios sobre “Mujer, género y sexualidad”— habla de la necesidad de sacudir el término queer, quitarle un tanto su pátina anglosajona y devolverle su carga revulsiva y disidente en tanto proceso en curso y no resultado final. Lo queer como torcido, como desvío, línea de fuga o, más gráficamente, como un espiral que con sus altibajos habla de la larga convalecencia de las “verdades fundamentales” como Dios o la naturaleza.