En el actual proceso de paz con las Autodefensas Unidas de Colombia no ha habido una sóla mujer concentrada como comandante en Santa Fe de Ralito. En este grupo armado las mujeres componen entre el 5 y el 10% de la fuerza en las filas y es casi imposible para ellas alcanzar posiciones de mando. Esto se refleja en la dinámica del proceso: durante los años que éste ha durado, la negociación se ha realizado exclusivamente entre hombres.
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