Desde 1980 y durante el transcurso de la guerra interna en el Perú, las mujeres fueron violadas y violentadas por el personal policial y militar cuando, muchas veces sin motivo alguno, fueron acusadas de terroristas. De la misma manera los miembros de Sendero Luminoso y del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru secuestraron a muchas mujeres jóvenes bajo el pretexto de la militancia guerrillera pero con la finalidad última de convertirlas en esclavas domésticas y sexuales.