Miguel Angel Capiello, ministro de Salud del gobierno socialista de Santa Fe, fue el primero en desoír las nuevas directivas para frenar el debate sobre la despenalización del aborto que se había abierto de manera inédita desde el Ejecutivo nacional a través del ex ministro de Salud, Ginés González García. Con prudencia pero sin medias tintas se proclama a favor de la despenalización y promete derogar leyes anacrónicas como la que obliga a los médicos a denunciar a las mujeres que acudan a los hospitales con abortos incompletos.