CLAM – ES

El complejo universo de la sexualidad en la Internet

*por Flavia Fascendini

Publicado originalmente en GenderIT.org

En entrevista con el portal GenderIT.org, investigadores/as del CLAM (Horacio Sívori y Bruno Zilli) y del Sexuality Policy Watch (Sonia Correia, Marina Maria y Jandira Queiroz) hablan sobre los resultados de la investigación EroTICs, pornografía, derechos sexuales, y la presencia marcada de sectores conservadores en las discusiones sobre políticas de Internet en el Brasil.

Incluso cuando, a través de los debates sobre pornografía y abuso infantil, la sexualidad ocupó un lugar importante en los debates sobre regulación de la Internet en el Brasil, la participación de feministas y defensores de los derechos de las mujeres, así como del movimiento de defensa de los derechos sexuales fue de moderada a nula, contrastando con el compromiso demostrado en otros campos. ¿Cuáles creen que son las razones de esto?

Identificamos razones estructurales y otras técnicas para explicar la ausencia de los movimientos de mujeres y por los derechos sexuales en el debate sobre Internet en el Brasil. Desde el punto de vista estructural, la esfera pública y el debate político en la sociedad contemporánea se caracterizan por una fuerte fragmentación. Los actores se organizan al rededor de temáticas diferentes y lo que ocurrió respecto al debate sobre regulación de la Internet tiene que ver con esa segmentación, al mismo tiempo identitaria o basada en cuestiones, lo que conlleva a una especialización. Las agendas son fragmentadas y es difícil construir pautas conjuntas.

No fue la sexualidad, en el sentido amplio, lo que ocupó un lugar central en el debate brasileño sobre la regulación de la Internet. El tema destacado fue la pedofilia o pornografía infantil, articuladas mayoritariamente por los sectores más conservadores, que ya tienen un conflicto abierto con feministas y activistas LGBT. De hecho, los movimientos LGBT y feminista no estaban atentos al debate sobre Internet.

Ya, desde el punto de vista técnico, tanto los requisitos conceptuales propios de cada campo, como cuestiones de naturaleza técnica, dificultan el diálogo entre los movimientos. En el debate de la regulación de la red, según lo que observamos, el poco dominio de algunas herramientas y el desconocimiento de cuestiones asociadas a la gobernanza de la Internet también pueden explicar la ausencia de feministas y activistas LGBT.

¿Qué sugieren para favorecer el desarrollo de estos actores?

Si en lugar de pensar aquello que construimos como ‘no movilizado’ en términos de carencia formulamos preguntas de investigación, podemos intentar ver, en primer lugar, cuáles debates generan que esos movimientos se involucren de manera más efectiva. Esto puede indicar un camino para iniciar diálogos y establecer alianzas. Si las agendas de los movimientos feministas y de mujeres privilegian los derechos reproductivos y la violencia contra las mujeres, mientras que las de los LGBT la lucha contra la homofobia y el derecho a la no discriminación, podemos investigar, por ejemplo, cómo el paradigma del riesgo y la vía de intervención por medio de la criminalización de conductas pueden atentar contra esos derechos que están en la agenda de los movimientos.

En segundo lugar, podemos considerar la movilización por el libre ejercicio de la sexualidad que efectivamente existe en la Internet más allá de los modos convencionales de construcción de movimientos políticos offline. La consulta online sobre el Marco Civil de la Internet, con la innovación que ella trajo en el sentido de proponer una herramienta genuinamente abierta a la participación de una multiplicidad de actores políticos, no dejó de ajustarse a cierto formalismo calcado del modelo parlamentario. No podría ser de otro modo, pues se trata de producir el texto de una ley que requiere la formalización de acuerdos y determinadas jerarquías discursivas. Sin embargo, la proliferación de expresiones de libertad sexual que es posible observar en la Internet se desarrolla de un modo menos organizado, aunque no menos potente.

La investigación relata cómo la movilización contra la censura y la invasión de la privacidad que impondría la denominada Ley Azeredo consiguió desafiar la tendencia a regular a través de la ley penal y de la vigilancia. El debate legislativo sobre la regulación de la Internet fue desplazado hacia el proyecto de un Marco Civil, con una consulta online que en teoría debía generar la participación de un amplio abanico de actores. ¿Cuál es el modo de aproximación del ciberactivismo a las cuestiones de la política sexual?

Los actores de la ciberpolítica no han incursionado de modo consistente en temas de sexualidad y derechos. Es preciso señalar, incluso, que las personas del campo de la Internet con quienes conversamos mencionaban la intersección con el debate sobre pedofilia, pero tampoco elaboraban mucho por la dificultad del tema. La sociedad contestó la lógica vigilante de la Ley Azeredo, sin duda, pero no lo hizo para garantizar libertad de expresión o privacidad en relación con la sexualidad. Por otro lado, las voces del campo conservador supieron hacer de ese debate sobre regulación una plataforma para la diseminación de sus visiones morales, con un objetivo que iba mucho más allá del problema real de la pornografía infantil en la Internet.

¿Cuáles condiciones consideran necesarias para instituir un diálogo entre defensores/as de los derechos de los niños, activistas de derechos LGBT y feministas respecto a los derechos sexuales y la regulación de la Internet?

La primera condición es abrir un espacio de diálogo en que actores de estos y otros sectores estén presentes, teniendo como asunto central el significado de la Internet y del debate sobre regulación en la política contemporánea. En el Brasil, como el Estado tiene ese enorme poder de tracción, si convoca una discusión de ese tipo, ésta va a ocurrir, pero posiblemente con un alcance restringido. El ideal sería que, antes del diálogo más directo con el aparato estatal, hubiese un diálogo horizontal, en la sociedad misma, convocado y realizado en el ámbito de los movimientos, para que los actores de éstos puedan reconocer la relevancia de la Internet como esfera pública y las particularidades de cómo ésta se estructura, cambiar informaciones sobre regulación, y ampliar la comprensión y el entendimiento sobre los derechos sexuales y las diferentes perspectivas.

En términos de puntos que merecen más atención en los próximos años en cuanto a la regulación de la Internet y derechos sexuales cabe mencionar dar inicio a la creación de este espacio, consolidando un campo de intersección, lo que implicará un esfuerzo para ampliar el debate y movilizar nuevos actores.

La investigación intentó mostrar de qué modos y qué sentidos y usos sexuales de la Internet constituyen una práctica inherentemente política, involucrada en discusiones acerca de la regulación de la Internet, aunque no siempre utilice los canales dispuestos a través de prácticas estatales para tales fines. ¿En ese sentido, por qué eligieron trabajar sobre Orkut?

Esta red social de Google se convirtió en un importante fenómeno online en el Brasil. Orkut permite que sus miembros creen y participen en “comunidades”, principal ámbito de socialización de esta plataforma. Así, nosotros observamos el papel de Orkut como un medio de expresión y ejercicio de la sexualidad, donde es posible analizar cómo nociones relativas a los derechos sexuales son elaboradas subjetiva y colectivamente. Buscamos comunidades donde las sexualidades disidentes adquirieran relevancia, en tensión con la cuestión de la regulación de la expresión sexual, la violencia y la libre expresión. Observamos discusiones en torno a discursos caracterizados como lesbofóbicos y, por otro lado, debates acerca de las significaciones en torno a la categoría “pedofilia”.

¿Cómo la lesbofobia suscita la expresión de la sexualidad de mujeres en redes sociales online?

Tuvimos conocimiento de que algunas comunidades de Orkut habían sido creadas como un vehículo para contenido homofóbico contra mujeres lesbianas, generalmente a través de provocaciones, chistes y bromas que señalaban que la homosexualidad femenina era resultado de una relación sexual fracasada con hombres. Una observación más profunda de estas comunidades demostró que muchas mujeres integrantes de Orkut discutían con los miembros de esas comunidades sobre estas observaciones lesbofóbicas. Este tipo de movilización femenina capilar revela un compromiso significativo en la afirmación sexual y en contra del discurso de odio y del prejuicio. Este hallazgo también sirve de contrapunto a la observación de que feministas y LGBT en el Brasil no se han involucrado en debates sobre la regulación de la Internet y desafía expectativas rígidas sobre lo que consideramos “activismo”.

Al mismo tiempo en que el debate sobre regulación de la Internet dio a la pedofilia un papel central, sus hallazgos apuntan hacia otros abordajes en el contexto de las redes sociales. ¿Cómo se dio esta distinción?

En vez de explorar los aspectos criminales o relacionados con la seguridad vinculada al abuso de niños, la pornografía infantil y el tráfico de personas para la explotación sexual, nos enfocamos en posibles desarrollos para el debate sobre la libertad de expresión en relación con la noción de “contenido peligroso” e iniciativas para controlarlo. Analizamos una comunidad de Orkut llamada “Anti Prejuicio Inter Etario” (“Anti Preconceito Inter Etário”, en portugués), como ejemplo de formación de una nueva identidad sexual, la de personas que se sienten atraídas sexualmente por “adolescentes”. Esta comunidad discute abiertamente las convicciones de sus miembros sobre el amor y la atracción sexual “inter etaria”, y se puede decir que aboga por la práctica de tales relaciones. Los argumentos desarrollados por los miembros de la comunidad tienen como objetivo principal diferenciar la atracción sexual hacia “adolescentes”, que ellos intentan legitimar, de la atracción sexual por “niños” (comúnmente conocida como pedofilia), que ellos reconocen como criminal. No obstante, la comunidad de hecho sufre ataques por parte de otros usuarios de Orkut, que los acusan de pedófilos; los miembros de la comunidad confrontan a los acusadores e intentan defender de la mejor forma posible su diferenciación respecto a los pedófilos. Su principal argumento es que los adolescentes no son niños, y en ciertos casos, tienen madurez suficiente para relacionarse sexualmente, incluso con personas más viejas. La comunidad “Anti Prejuicio Inter Etario” demostró ser la única comunidad virtual encontrada que aborda públicamente los recientes desarrollos político-legislativos dirigidos al control del uso de la Internet en el Brasil y su intersección con la pedofilia.

¿Cuál es el papel que ocupa el derecho a la privacidad como premisa clave de los derechos sexuales en los debates y reivindicaciones de derechos en el Brasil?

Es necesario ser cautelosos y elaborar cualquier cuestión sobre la privacidad, porque no disponemos de información y análisis empíricos suficientes para llegar a conclusiones sobre la percepción de la privacidad en la sociedad brasileña. La investigación EroTICs nos mostró que es importante realizar una investigación sobre la percepción de la privacidad. No se trata apenas de una cuestión peculiar al movimiento LGBT, feminista o al ciberactivismo, sino de un tema relacionado con la construcción de una cultura política.

Por un lado, la cultura social y política brasileña tiene trazos marcados de exuberancia, sin mayores restricciones o contención de determinadas expresiones de afectividad a la esfera privada. En el Brasil, son pocos los actores que se involucran sistemáticamente en la defensa de la privacidad y no existe un amplio uso del derecho a la privacidad y a la intimidad como pauta del bien común o desarrollo personal.

Otro aspecto que es necesario recordar tiene que ver con la forma como el Estado y agentes públicos abordan la cuestión. En función de una larga tradición tutelar, hay una aceptación razonable de que el Estado pueda invadir la privacidad y la intimidad, especialmente cuando existe sospecha o acusación de crimen. Como fue verificado en el estudio, ese fue y continuará siendo un factor importante de tensión en el debate sobre regulación.

En nuestro mapeo de los usos concretos de la Internet como espacio de intercambio, de puestas en escena y de formación de comunidades, consideramos que el principal modo de regulación de ese medio debe consistir en la protección del derecho a la privacidad del uso que las personas hacen de él, unido al fortalecimiento de la autonomía de las personas para determinar los límites que ellas mismas establecen en sus interacciones.

En el campo de los derechos sexuales, el derecho a la privacidad y a la intimidad está de algún modo presente en la agenda, pero no ha generado mayor movilización. Un debate más profundo sobre la cuestión podría incluso suscitar divergencias entre feministas – que piden la intervención del Estado en la vida privada – y otros actores que valorizan más la intimidad.

Ganancias, tendencias y próximos pasos

¿Cómo impactó su trabajo el haber formado parte del proyecto EroTICs? ¿Cuáles son los principales impactos, beneficios o ganancias de haber desarrollado esta investigación en el Brasil?

Una cualidad distintiva de la investigación EroTICs en el Brasil ha sido la colaboración desarrollada entre dos grupos pertenecientes a dos instituciones del campo de los derechos sexuales vinculadas a la producción de conocimiento, interesadas en desarrollar una reflexión anclada en la investigación empírica. El Sexuality Policy Watch (SPW) aportó una fina comprensión de los debates, de la cultura política, de los actores e intereses en juego en las disputas contemporáneas en torno a la regulación de la Internet en el Brasil, así como de las trayectorias de los movimientos feministas y LGBT. Los investigadores del Centro Latinoamericano en Sexualidad y Derechos Humanos (CLAM) contribuyeron con una mirada transversal, centrada en la observación de lo cotidiano, de los usos concretos de las tecnologías de información y comunicación donde el poder opera de un modo más capilar. Esta conjunción permitió elaborar preguntas que desafían los modos convencionales de relacionar política y vida, regulación y ejercicio de libertades. El valor de esta fase exploratoria está en el tipo de conexiones exploradas y, sobre todo, en la posibilidad de formular preguntas diferentes. Por ejemplo, desplazar la cuestión de la protección y censura para pasar a comprender los múltiples desafíos de construir comunidades virtuales autorreguladas, o las capas de significados involucradas en la idea (subjetiva) de seguridad online.

Participar de EroTICs posibilitó a los dos grupos la apertura de un campo de investigación en la interfase de la sexualidad con la regulación de la Internet, tema éste que ya viene apareciendo en otras iniciativas de estudio que desarrollamos. Siendo el SPW un foro global que analiza las políticas de sexualidad en distintas regiones geopolíticas y el CLAM un centro de investigación regional, esta fue una oportunidad de verificar cómo la regulación de la Internet incide en el campo de la sexualidad e identificar convergencias, así como diferencias entre los distintos contextos. Prestamos ahora mayor atención a lo que está ocurriendo en el debate sobre Internet y se trata, sin duda, de un universo fascinante, con una dinámica que merece atención. Vale resaltar que ese campo requiere tiempo para ser comprendido y asimilado para que se piense, entonces, en acciones de defensa en articulación con otras áreas relacionadas con los derechos sexuales. Estamos apenas comenzando y también es necesario debatir nuestros hallazgos con otros investigadores y actores del campo.

Si bien la investigación finalizó y el área de interés cambia rápidamente, ¿nos podrían dar una idea de cuáles creen que son las tendencias actualmente?

No es posible identificar nuevas tendencias, considerando que las pautas y procesos observados durante la investigación no fueron agotados. El mismo Marco Civil de la Internet, por ejemplo, aún no ha sido terminado y mucho menos remitido al Congreso, y la Ley Azeredo todavía puede regresar, de forma que las batallas legislativas no están cerradas. Incluso, la retomada del debate sobre el Marco Civil en el Congreso puede ser un momento oportuno para promover un espacio de diálogo entre ciberactivistas, feministas y activistas LGBT, entre otros sectores.

¿Pensando en el futuro, cuáles son los próximos pasos y los planes del CLAM y del SPW respecto a esa investigación tan interesante que fue realizada?

Planeamos continuar diseminando los resultados de la investigación en foros académicos y de la sociedad civil. Además, remitimos una propuesta para obtener apoyo financiero del Comité Gestor de la Internet en el Brasil (CGI.br), con el fin de publicar en portugués, si somos seleccionados, los informes de las investigaciones desarrolladas en los países participantes de EroTICs.

También intentaremos obtener fondos para la realización de una serie de seminarios, buscando formar espacios de diálogo entre diferentes actores sobre regulación de la Internet. La idea es desarrollar algunos encuentros para que se promueva un foro continuo de cambio entre sectores. El primero sería internacional, con la participación de representantes de la APC y de los equipos de otros países. Sin embargo, son ideas que requieren ser elaboradas.

* Editora del portal GenderIT.org

Traducción libre de Manuel Rodríguez, editor del sitio web del CLAM.

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