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Viviendo con VIH en la Argentina

Se presentaron en Buenos Aires los resultados del componente cuantitativo del estudio “Situación Social, Sociabilidad y Conductas Sexuales y Reproductivas en Personas Viviendo con VIH en la Argentina”. El objetivo general del estudio, según comentó Hernán Manzelli (CENEP-UBA), co-director del estudio, fue describir y analizar la situación social de las personas que viven con VIH en Argentina, a través de la articulación de un componente cuantitativo (encuesta nacional) y uno cualitativo (entrevistas en profundidad con informantes clave en cada una de las provincias).

A la hora de iniciar la investigación, el equipo co-dirigido por Mario Pecheny (UBA-CONICET, Instituto Gino Germani) consideró los numerosos antecedentes de trabajos realizados en ciencias sociales sobre el tema del VIH/sida en Argentina. En su mayoría los aportes provienen de la sociología, la antropología y de trabajo social. También cabe destacar estudios similares realizados en otros países como en el caso de Francia (Encuesta de la Agencia Nacional de Investigación sobre el Sida –ANRS-, VIH: Enquête sur les personnes atteintes –VESPA- 2004) y, en Brasil y Puerto Rico, encuestas sobre adherencia al tratamiento. Sin embargo, como señalaron los autores en la presentación, a casi veinticinco años de la epidemia, esta es la primera ocasión que se organiza en Argentina un estudio de ciencias sociales sistemático y de envergadura nacional sobre la situación de las personas adultas viviendo con VIH.

La fase del trabajo ahora presentada es una encuesta nacional, con una muestra de 841 casos definida por selección aleatoria, que por su metodología permite realizar un análisis regional. El componente cualitativo se compone de 49 entrevistas en profundidad, efectuadas en todo el país a referentes de personas que viven con VIH y a responsables o integrantes de programas provinciales de VIH/SIDA. Ambos componente fueron desarrollados durante el mismo período de tiempo, entre los meses de septiembre y noviembre de 2006.

La encuesta cara a cara se aplicó a personas con más de seis meses de conocer su estado serológico positivo al VIH, que residieran en el país, cuya edad fuera de 15 años o más y que estuvieran en tratamiento y/o seguimiento de la infección. La muestra estuvo integrada por un 63 % de varones, 35 % de mujeres y 2 % de travestis. Respecto de la orientación sexual el 96 % de las mujeres y el 61 % de los varones se autodefinieron como heterosexuales. En tanto, el 37 % de los varones no heterosexuales se definió de la siguiente forma: homosexual el 13 %, gay el 11 %, bisexual el 9 % y 4 % travesti. Las mujeres viviendo con VIH son en absoluta mayoría heterosexuales en su identidad y práctica, no así los varones, cuya identidad y práctica exclusivamente heterosexuales alcanza algo menos de dos tercios de la muestra. Sumado a ello, aclaran los investigadores, entre los hombres es común que se autodenominen de una manera que a veces no coincide con sus prácticas sexuales.

Los resultados

Casi el 80 % de los pacientes encuestados depende para su tratamiento de la atención que brinda el sistema público de salud y un 20 % del sistema de obras sociales. Solamente el 4 % de los varones y el 1 % de las mujeres reciben atención privada o por el sistema de prepagas. Es destacable que el 21 % de los varones y el 27 % de las mujeres manifiesta haber sido discriminado por personal de la salud que no sea médico, lo que invita a pensar acerca de la calidad de atención en sentido amplio que reciben en su condición de pacientes.

La encuesta muestra que las relaciones sexuales constituyen la principal vía probable de infección, más allá de la identidad sexual asumida. El 80 % de las mujeres y el 57 % de los varones, así como el 90 % de los gays, bisexuales y travestis, indicaron por esa vía. Llama la atención el dato sobre el uso de drogas inyectables, vía de infección que en este caso alcanza al 29 % de los varones heterosexuales. Cabe aclarar que las vías de infección no siempre están claras para todas las personas y, en un cierto número de casos, hay más de una vía posible. Ese dato da cuenta de la exposición a situaciones de vulnerabilidad en el pasado y que en algunos casos forma parte del presente.

Con respecto a las mujeres, el 47 % vive en pareja y el 82 % también con sus hijos, a los cuales el 11 % nunca les contaría su condición de HIV positiva. Este dato contrasta con el 27 % de hombres no heterosexuales que viven en pareja y 15 % con sus hijos. El 61 % de los hombres y el 47 % de las mujeres son el principal sostén del hogar pero, como señalan los investigadores, en el caso de las mujeres puede ascender hasta el 72 % en aquellos hogares donde ésta vive con sus hijos y sin pareja. De igual forma desciende al 24 % cuando se trata de hogares donde la mujer vive en pareja y sin hijos.

Los planes sociales es un tema sobre el cual el equipo de investigadores tenía especial interés. El 55 % de las mujeres consultadas resultó beneficiaria del plan jefes y jefas de hogar, mientras que el 23 % de los varones recibe un subsidio por enfermedad infecciosa o una pensión por discapacidad. Respecto a la situación laboral, la encuesta muestra que era tan precaria antes como después de la infección. El 20 % de ambos sexos esta desocupado y el 23 % de las mujeres se define como ama de casa. Cabe señalar aquí que el nivel educativo es menor en las mujeres y comparativamente más bajo que en la población en general.

Entre aquellos que poseen empleo, el 74 % de las mujeres y al 55 % de los varones están en el relación de dependencia, siendo que, en ambos casos, la mayoría pertenece al sector privado. A su vez, cuando se indaga sobre el miedo a la discriminación, el 46 % de las mujeres teme que esta provenga de compañeros de trabajo o de personas con las que les gustaría tener sexo.

Con respecto a las dificultades que enfrentan los y las que salen a buscar empleo, el miedo al rechazo alcanza al 30 % de ambos sexos. El 21 % de los hombres dice que no consiguen empleo por causa del VIH y el 18 % de las mujeres habla de los problemas con el cuidado de los hijos.

Las mujeres son más activas en lo que respecta a la participación en actividades que promueven las organizaciones no gubernamentales vinculadas a la prevención del VIH/sida: tres de cada diez han participado de actividades vinculadas con el VIH/sida. En relación con los medios a través de los cuales se informan sobre el VIH/sida, las principales fuentes son los médicos (70 %), la prensa (50 %) y la prensa médica (22%). En base a los resultados de la encuesta puede decirse que en este aspecto las ONGs tienen un papel muy marginal: 15 % de los varones y el 19 % de las mujeres se informan por esta última vía.

El 39 % de las mujeres cree más en Dios a partir del diagnóstico, dato que contrasta con el 57 % de los varones que se siente más o menos igual creyente que antes.

Según los datos existe una tensión en las parejas por el uso del preservativo. Ante la pregunta ¿usó preservativo en todas sus relaciones sexuales, independientemente de la práctica sexual?, sólo el 49 % de los varones y el 41 % de las mujeres contestaron en forma afirmativa, lo que resulta al menos preocupante. El 66,4% de las mujeres y el 72,7% de los varones heterosexuales utilizan siempre preservativo cuando se trata de sexo vaginal. Los varones que no lo usan aducen que es incómodo en un 26 % y es igual el porcentaje de mujeres se justifican diciendo que “mi pareja no quiere”.

Una vez conocida la situación de VIH positivo puede verse cómo tanto los hombres como las mujeres empiezan a rearmar sus proyectos, entre los que aparece la posibilidad de tener hijos. Como puede verse a lo largo de la encuesta, las personas viviendo con VIH desarrollan proyectos de pareja, familia, hijos, y actividad sexual y afectiva. En este sentido corresponde a las políticas públicas garantizar el acceso al sexo seguro y a la maternidad en condiciones de cuidado, la inclusión social y laboral, y el ejercicio pleno de los derechos humanos sin discriminación.

El proyecto dirigido por los investigadores Mario Pecheny (Instituto Gino Germani – UBA/CONICET) y Hernán Manzelli (CENEP – UBA) contó con la participación de las investigadoras Mónica Gogna (CEDES–CONICET), a cargo del componente cualitativo del estudio, Georgina Binstock (CENEP-CONICET), responsable del componente cuantitativo y los investigadores asociados Helena Rovner (MORI), Sara Barrón López (MORI-UBA), Noelia Carioli (MORI), Inés Ibarlucía (CEDES), Cecilia Straw (MORI), Ana Clara Camarotti (UBA) y Cecilia Tamburrino (UBA-CONICET). La investigación fuente de este estudio contó con el apoyo del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, a través del Proyecto “Actividades de Apoyo a la Prevención y el Control del VIH/sida en la Argentina”, gestionado por UBATEC SA.

Próximamente serán presentados los resultados del componente cualitativo, con lo cual quedará completo el panorama de la investigación.

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