Violeta Barrientos
Con plenarias, talleres, presentaciones de lesbianas creadoras que trataron las preocupaciones sobre identidades, la cuestión de la igualdad de derechos, las relaciones de pareja y la salud sexual, se realizó el VI Encuentro Lésbico Feminista Latinoamericano y del Caribe, del 24 al 28 de noviembre último.
Este fue un espacio de convergencia de lesbianas de diversos países aunque su representación no fue demasiada ya que el evento sólo pudo contar con el apoyo de algunas agencias de cooperación.
La organización esta vez estuvo a cargo de una comisión encabezada por Enoé Uranga cuya gestión fue blanco de críticas que pedían un mayor trabajo con la población local mexicana, desde la organización de un encuentro nacional previo a éste hasta la reducción del alto costo solicitado por la inscripción.
Estas discusiones lamentablemente, quitaron un tiempo valioso a las allí reunidas, lesbianas muy distintas unas a otras, politizadas o no, pues no se requería ser militante organizada para concurrir a esta cita de difusión de opiniones. Las organizadoras sí trataron de asegurar la diversidad de opiniones en las mesas de exposición cuyos temas centrales fueron movimiento lésbico y globalización, alianzas del movimiento lésbico con otros movimientos sociales y con el movimiento LGBT, y ciudadanía y derechos humanos.
Los principales debates se produjeron sobre todo en relación a las alianzas que el movimiento lésbico podría establecer tanto con el feminismo así como otras identidades LGBT. Las lesbianas se ratificaron en que el feminismo era un importante marco teórico -frente a la teoría queer- así como un movimiento de fuerza estratégica.
De otro lado, una discusión central fue el relacionado a la incorporación de transgéneros y transexuales que se identifiquen como lesbianas feministas en los futuros Encuentros. La discusión ha excedido incluso las fechas del Encuentro y aún continua en listas electrónicas. Esta pregunta, así como las relaciones con otros grupos del movimiento LGBT encienden polémica entre los diferentes grupos al interior de las lesbianas. Desde una perspectiva biologicista –“las trans no son mujeres biológicas”- o constructivista –“las trans no se socializaron como mujeres”- un grupo de opiniones defiende la exclusividad del espacio de los Encuentros para las lesbianas. En la otra posición, se situan los grupos que asumen la posibilidad de que basta que las trans se asuman como mujeres, lesbianas y feministas para compartir con ellas el mismo espacio.
Frente al futuro, algunos grupos se preguntan sobre la posibilidad de otros espacios de discusión más politizados independientemente de la existencia de los Encuentros.
El proximo Encuentro se llevará a cabo en el 2006, en Chile. Sin embargo, un acuerdo de la plenaria final estipula también que los Encuentros lésbicos se realicen cercanos a los Encuentros feministas para acercar ambas propuestas, la feminista y la lesbiana. El acuerdo será vigente luego de 2006.