La apertura del Centro Comunitario LGBT de Chapinero en la ciudad de Bogotá constituye un paso fundamental en la cristalización de una política pública para la promoción de los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas en esa ciudad. Si bien es una experiencia ya practicada en diversos países, para Colombia tiene el cariz de un proyecto piloto.
La localidad de chapinero divide simbólicamente el sur y el norte de la ciudad. Vendedores ambulantes,tiendas de ropa, bares, hoteles, restaurantes y discotecas lo caracterizan como uno de los territorios más comerciales de Bogotá. Al mismo tiempo posee un extenso sector residencial y un alto número de universidades y locales destinados al tránsito estudiantil. Además de numerosos espacios de socialización gay y lésbica, Chapinero concentra, en el imaginario de muchos, el mayor número de población homosexual, imaginario que le ha valido el apodo de chapigay.
En esta entrevista Iván Orlando Ángel, coordinador del centro, nos habla de los antecedentes, las actividades actuales y los retos de este centro comunitario que, como relata el entrevistado, está en proceso de ser inventado y responde a una necesidad urgente en la ciudad. Su sustento a largo plazo dependerá del compromiso y el apoyo de las instituciones gubernamentales y de las comunidades de lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas locales.
¿Cómo surge la idea de crear el centro?
El Centro Comunitario LGBT forma parte de las políticas de la Alcaldía Mayor de Bogotá en la gestión de Luis Eduardo Garzón. Este alcalde ha sido una de las personas que más se ha preocupado por el fortalecimiento de los diferentes sectores sociales y la protección de las comunidades vulnerables en la ciudad, no sólo de las comunidades LGBT, sino de indígenas, afrocolombianos, mujeres y desplazados. También tuvimos la fortuna de contar con el apoyo y el compromiso de la Alcaldesa Local de Chapinero, Angélica Lozano. El proyecto es responsabilidad de la Alcaldía y de una unión temporal formada por Colombia Diversa, Profamilia y la Corporación Arcoiris – Tetaron, contratada por la Secretaría de Gobierno para realizar este proyecto.<p>
¿Cuál es el objetivo principal del centro?
El centro debe ser un elemento de visibilización, sirviendo de eje para articular todas las comunidades LGBT. Se plantea como espacio de reunión, lugar de socialización y punto de encuentro. Alrededor del centro las comunidades LGBT se visibilizan y por eso todas las actividades tienen el fin de hacer presencia en la ciudad.
Como su nombre lo indica, la tarea principal es crear comunidad. Yo creo que las personas LGBT en general tenemos pocos vínculos con los procesos comunitarios y hay mucho individualismo. Tenemos cosas que nos reúnen, especialmente la diversión, pero tenemos pocas cosas que nos organicen alrededor de nuestras necesidades concretas. El centro tiene como visión crear un sentido de pertenencia, lograr que muchas personas se sientan parte de un proceso. Tener un espacio es importante, pero la comunidad no son las paredes de un centro comunitario, sino que es construida, tejida por personas que se sienten responsables las unas de las otras. Mientras las comunidades LGBT estemos dispersas no vamos a poder obtener ciudadanía plena. Ahora, la idea no es que nos unamos como un grupo cerrado, como un ghetto donde nadie más puede entrar, sino que desde esa comunidad podamos abrirnos al mundo y construir sociedad conjuntamente con otros.
¿Cuáles son las actividades principales del centro?
Está contemplada la organización de talleres y charlas mensuales sobre temáticas LGBT, un ciclo de cine, un concurso de fotografía, un concurso de poesía y un festival de la diversidad. Algunas de estas actividades ya están en desarrollo y otras se realizarán más adelante.
Vamos a realizar dos campañas de comunicación: una enfocada en promocionar los servicios que presta el centro y otra orientada a sensibilizar sobre temas de diversidad sexual, derechos y discriminación. La intención es dar a conocer los derechos de las personas que son discriminadas y de este modo, tratar de influir en la comunidad en general para garantizar derechos y conseguir que la población tenga un mayor conocimiento acerca de lo que pasa en nuestras comunidades.
¿Qué servicios presta el centro a las comunidades LGBT?
Tenemos asesoría legal y asesoría sicológica. Estas asesorías están principalmente dirigidas a la población vulnerable de bisexuales, lesbianas, gays y transgeneristas, en aspectos relacionados con discriminación, derechos humanos, desarrollo de la identidad sexual y de la orientación sexual. Cabe decir que todas las personas que quieran acceder a los servicios del centro pueden hacerlo, aunque no sean lesbianas, gays, bisexuales o transgeneristas, siempre y cuando sea en relación con casos de discriminación o por apoyo para reclamar derechos. Es importante mencionar que los servicios que presta el centro son completamente gratuitos.
Contamos también con dos auditorios que se prestan para actividades de la sector y para las reuniones de los grupos.
¿ Cómo llegó a la dirección de este centro comunitario? ¿Cuál es su profesión ?
Soy arquitecto, y fui llamado para integrar este proyecto por haber tenido la afortunada experiencia de trabajar como voluntario en un centro comunitario en la ciudad de Nueva Orleans (Estados Unidos) y también porque las organizaciones que asumieron este proyecto sabían que cuando regresé a Colombia soñaba con la idea de crear un centro similar para las comunidades LGBT aquí en Bogotá.
¿Cómo fue la experiencia en el centro comunitario de Nueva Orleans?
El centro se sostenía gracias a la misma comunidad de gays, bisexuales, lesbianas y transgeneristas, que aportaban donaciones. Hablo de aquel momento, porque después del huracán Katrina tuvieron que cambiar de sede. Como decía, las mismas comunidades hacían donaciones. En Estados Unidos existen facilidades para las donaciones ya que por hacerlas se rebajan impuestos, y algunas personas prefieren que su dinero se invierta en causas sociales y mejor aún si benefician a las comunidades a las que pertenecen.
Teníamos el apoyo de la alcaldía de Nueva Orleans a través de una línea de atención que era administrada por el centro para atender denuncias sobre crímenes de odio y discriminación en general. Este era un tema importante para la ciudad, ya que la mitad de la población de Nueva Orleans es negra y una buena parte son inmigrantes.
El centro contaba con una sede prestada. Unas personas de la comunidad LGBT cedieron el primer piso de su casa para que funcionara allí. Las actividades eran principalmente de tipo social, como las reuniones de grupos por temas: teníamos un grupo de lesbianas negras, un grupo juvenil, de judíos, etc. Realizábamos un cine-foro de temática LGBT los viernes y talleres y actividades en sedes de otras organizaciones sin fines de lucro que contaban con mayor espacio. El centro tenía también un periódico quincenal con información sobre nuevas normas, derechos, obituarios e información cultural para la comunidad. En general, todas las actividades se hacían de manera articulada con las demás entidades que trabajaban en temas LGBT o en VIH/sida.
La participación de la comunidad era muy activa, toda la gente llegaba allá a ayudar. Aunque son contextos política y culturalmente muy diferentes, es lo mismo que ha sucedido aquí en Bogotá donde han llegado muchas personas ofreciendo su tiempo y sus aptitudes para el centro. Aunque el centro tiene objetivos ya establecidos, estamos inventándolo y por eso estamos tratando de escuchar a todas las personas que llegan acá con sus inquietudes para que nos den pistas acerca de lo que quieren y esperan del centro.
¿Cómo está conformado el equipo del centro de Chapinero?
El equipo está conformado por un coordinador, un jefe administrativo, un abogado y tres psicólogos que están aquí permanentemente. Sin embargo, como comenté anteriormente, mucha gente ha llegado con el ánimo de apoyar el centro, y un gran número de profesionales en psicología y derecho se vincularon, razón por la cual tenemos un grupo de apoyo profesional bastante importante. Algunos de ellos vienen al centro a prestar sus servicios de forma gratuita, otros nos apoyan desde sus consultorios, ya sea recibiendo gratuitamente personas que remitimos de acá o dando tarifas más bajas de lo que usualmente cobran a otros usuarios. En general, ha habido ofertas de todos los campos del saber: médicos, abogados, artistas, deportistas que han querido vincularse. A todos ellos hemos tratado de recibirlos y estamos integrándolos en el equipo para que hagan parte de las actividades que tenemos programadas.
Esta disposición es la que mantiene en alto el ánimo de todo el equipo porque el apoyo se siente. Realmente el centro era una necesidad enorme y ahora que está constituido nos damos cuenta de que necesitábamos este espacio, que precisábamos tener un punto de encuentro de todas las comunidades de gays, lesbianas, bisexuales y transgeneristas y que muchas personas LGBT necesitaban un sitio de referencia para ser orientados, para despejar dudas, para conocer a los grupos organizados y para recibir apoyo en la restitución de derechos.
¿Cuál ha sido la recepción de la comunidad LGBT y de la comunidad en general?
Como decía las comunidades LGBT han sido muy receptivas, no solamente de palabra sino de hecho: han venido a traer donaciones, muebles y electrodomésticos. También tenemos ya bastante material para el centro de documentación que vamos a armar acá. Parte de los grupos que ya están constituidos quieren que el centro se convierta su punto de encuentro. Varios de ellos, tanto de mujeres lesbianas como de hombres gays, van a reunirse en este espacio.
Aquí no hay discriminación por color de piel, edad, ni situación socioeconómica o estrato social, aquí todo el mundo es bienvenido. Por eso es muy importante que vengan muchos heterosexuales al centro y se den cuenta de lo que se trata. A veces las personas tiene ideas erróneas acerca de lo que son las comunidades LGBT y sobre lo que significa una política pública orientada a la protección de sus derechos.
En relación con la recepción de la comunidad en general, hemos tenido pocas manifestaciones de rechazo (cartas, llamadas y quejas ante la administración distrital). Yo esperaba que fueran más, ya que el tema es bastante controvertido en una sociedad como la nuestra, muy conservadora y con fuertes raíces en la moral católica. Sin embargo, ha sido más el apoyo.
¿Qué cobertura ha tenido el centro en los servicios que presta?
Hasta ahora hemos superado las metas. Hemos atendido a 260 personas en 30 días, quienes han conocido la casa y las diversas actividades del centro, y muchos de ellos han solicitado asesoría jurídica o psicológica. Los cupos que tenemos para citas para la siguiente semana están copados y ya vamos a pedir ayuda a los profesionales de apoyo para que también puedan hacer consultas acá porque hay bastante solicitud de asesoría en estas dos áreas.
¿Cómo acceden las personas que no están organizadas en grupos o no tienen vínculos con el sector LGBT?
La idea es que las personas voluntariamente se vinculen con el centro a través de alguna de las actividades, de acuerdo a sus gustos y campo de trabajo: los que tienen conocimiento de fotografía los invitamos a entrar al concurso de fotografía, en la parte de la logística y organización. Ya tenemos un grupo grande vinculado para la organización del festival de la diversidad: organizadores de eventos deportivos, un grupo de transgeneristas que quieren participar haciendo shows, y algunas muestras artísticas. También llegan muchos periodistas, por ejemplo; los vinculamos a un comité de comunicaciones para que nos ayuden en esa área. Tenemos gran necesidad de voluntarios, porque son muchas las actividades: en la parte de recepción de la casa necesitamos personas que nos apoyen atendiendo la puerta, recibiendo a la gente, contestando el teléfono y ayudando en tareas cotidianas. Aquí lo que hay es trabajo, y necesitamos muchas manos para que nos ayuden.
¿Cuál cree usted que es el aporte de un espacio como este a la promoción de los derechos humanos de transgeneristas, bisexuales, gays y lesbianas?
Pensamos que este espacio responde a una necesidad enorme de las comunidades LGBT, y eso se nota en las personas que han hecho uso de los servicios del centro. Aunque al principio llegan con un poco de miedo porque no saben exactamente qué es lo que hay acá, salen muy contentas al saber que existe este lugar.
Además de prestar un servicio sumamente valioso con relación a la información y al acompañamiento en el ejercicio de los derechos, yo siento que, tanto a quienes trabajamos aquí como a las personas que llegan, el centro nos cambia la vida.
¿En qué consiste el trabajo que se realiza con los funcionarios públicos?
Uno de los componentes principales de este proyecto es la creación de una red de apoyo. Esta red incluye a funcionarios de organismos gubernamentales, distritales y del gobierno nacional. El objetivo es tener un contacto estratégico en cada una de estas instituciones, una persona de enlace a la que podamos remitir personas LGBT a los servicios del Estado y para que ellos nos remitan ciudadanos a nosotros. En todo caso para apoyarnos mutuamente en la solución de situaciones concretas de las personas LGBT, sobretodo cuando hay problemas que sobrepasan nuestras competencias. Esta red empieza a constituirse inicialmente con las entidades de la Alcaldía Local de Chapinero. La idea es hacer contactos con instituciones clave relacionadas con la defensa y restitución de derechos, veeduría de las funciones públicas y organismos que actúan como mediadores en conflictos.
Las reuniones que ya tuvimos con esta red fueron muy positivas. Se notan cambios importantes en los funcionarios, especialmente se nota que ya hay sensibilización, conocen el tema y usan términos adecuados. Pero todavía falta bastante por hacer. Tenemos por objetivo capacitar a más funcionarios en el tema LGBT, capacitarlos para que tengan herramientas que les permitan atender mejor a las personas LGBT que llegan a sus despachos. Muchos funcionarios manifiestan sensibilidad pero no se sienten capacitados para actuar cuando llega algún individuo de la comunidad LGBT. Por ejemplo, la Personería maneja muchas situaciones de conflicto, entre ellas situaciones de parejas LGBT que arriendan un apartamento y posteriormente el propietario los discrimina, o en las inspecciones de policía deben manejar situaciones de conflictos de parejas LGBT.
¿Qué retos han identificado desde el equipo de trabajo y desde las instituciones responsables en relación con este proyecto?
El reto más importante es asegurar la supervivencia del centro comunitario, porque está proyectado para ser financiado por la Alcaldía sólo por un año. Esa es la preocupación más grande que tenemos; ya llevamos 3 meses del contrato, dos de preparación y uno funcionando, es decir que nos quedan nueves meses de financiación y tenemos que asegurar su sustento a largo plazo. Por eso es muy importante que las personas y comunidades LGBT vengan al centro, ya que el sólo hecho de venir y utilizar los servicios nos da cifras para mostrar a las instituciones públicas y a las personas de la comunidad en general que el centro hace falta y es un proyecto importante para la ciudad. Si las personas, si las comunidades LGBT no se unen será muy difícil que el centro sobreviva.
¿Cuál es su invitación a la comunidad LGBT de Bogotá?
Es importante que la gente sepa que este es un espacio en construcción y que son bienvenidas las sugerencias y las inquietudes. Igualmente, que este es un espacio para la convivencia y la diversidad y que todas las personas pueden acudir. Es un sitio donde pueden venir la mamá, la hermana, la abuela y el abuelo, el papá, los amigos y los vecinos. Esta invitación generalizada se debe a que es fundamental que empecemos a cambiar los prejuicios que tenemos sobre las personas LGBT y el centro busca justamente eso: que toda la sociedad cambie esos imaginarios que durante tantos años nos han generado tantos problemas y tristezas, especialmente en el seno de las familias.
Muchas veces la prevención y las reacciones negativas que tienen las personas hacia lesbianas, transgeneristas, bisexuales y gays se deben al desconocimiento, pero cuando alguien conoce a una persona LGBT y se da cuenta que es como cualquier otra, que es un ser humano con problemas, con una vida cotidiana, con sentimientos, con derechos como ciudadano, la situación puede cambiar.
Es muy importante entonces, insisto, que el centro sirva para visibilizar las comunidades LGBT, para integrarlas a la sociedad, para que participen activamente en la construcción de esta ciudad que es de todos y todas.
Son todos y todas bienvenidos. La dirección del Centro Comunitario LGBT de Chapinero es: Calle 66 NO 9ª-28, Bogotá. Los teléfonos son 2490049 y 2100999. El correo electrónico para inquietudes, hacer contacto, hacer donaciones o inscribirse en el grupo de voluntarios es centrocomunitarioLGBTbogota@yahoo.com.