CLAM – Centro Latino-Americano em Sexualidade e Direitos Humanos

Cultura política LGBT

Por primera vez se realizará en la Marcha del Orgullo y la Diversidad de la ciudad de Córdoba, Argentina, una encuesta sobre el público LGBT de esa ciudad. La marcha está convocada para el próximo sábado 13 de noviembre.

La encuesta tomará como punto de partida las investigaciones realizadas por el CLAM en otras ciudades de América Latina como Rio de Janeiro, São Paulo, Buenos Aires, Bogotá y Ciudad de México, con la finalidad de aportar datos sobre experiencias de discriminación y violencia, así como participación política y ejercicio de derechos de los y las participantes de la marcha. Los organizadores de la encuesta esperan entrevistar 400 personas, entre lesbianas, gays, personas trans y heterosexuales participantes de marcha.

Este ejercicio busca también aportar datos cuantitativos a un estudio sobre la cultura política del movimiento LGBT local. La investigación, dirigida por el sociólogo Juan Marco Vaggione y la psicóloga Silvina Brussino, aborda la formación de identidades colectivas, presencia pública y dinámicas de inclusión y exclusión del movimiento LGBT. En entrevista con el CLAM, Tomas Iosa y Hugo Rabbia, investigadores a cargo de la encuesta, comentan el proyecto y sus expectativas con respecto a la misma.

¿Cómo surge su interés por la cultura política del movimiento LGBT?

Estábamos interesados en saber qué sucedía con el relevo generacional que tiene lugar en el activismo local. La ausencia de documentos sobre una cultura política LGBT local nos motivó a realizar un estudio paralelo a nuestras tesis, con apoyo de nuestros directores, Juan Marcos Vaggione y Silvinia Brussino.

Observamos la marcha del año pasado. Analizamos material gráfico y audiovisual de las convocatorias al evento, así como de otros realizados más tarde. Entrevistamos a la mayoría de los grupos locales para comprender las particularidades en relación con las reivindicaciones, demandas, perfiles de identidad, prácticas de la militancia LGTBQ cordobesa. El uso del espacio – inclusive la espacialidad virtual – fue una variable de análisis muy interesante. Para muchos grupos la Internet es el espacio donde tuvo lugr su creación, pues se conformaron a partir de redes sociales como Facebook. Al analizar la espacialidad fue importante abordar la mudanza desde un área conocida como “zona roja” y desde la Ciudad Universitaria hacia el centro de la ciudad, y la apropiación de la Plaza de la Intendencia y el barrio Nueva Córdoba como espacios LGBT. El cambio obedeció a la conformación de grupos en su mayoría de estudiantes universitarios, cuyo epicentro habitacional y de entretenimiento es este barrio.

Deseábamos indagar también las dinámicas de inclusión y exclusión del activismo. Queríamos saber quiénes eran convocados por esta nueva generación de activistas. Consideramos el despliegue identitario —es decir, la forma como se muestra el movimiento LGTBQ en Córdoba— como uno de los puntos centrales de análisis. Una particularidad del activismo local es que varias de las organizaciones o grupos no están alineados con la FALGBT (Federación Argentina LGBT). De hecho, la marcha del año pasado fue organizada por el grupo Encuentro por la Diversidad, que no pertenece a la Federación. No obstante, este año la convocatoria es realizada por numerosas organizaciones, entre las que se encuentra Devenir Diverse, que es miembro adherente de la FALGBT

¿Qué características singulares tiene la marcha de Córdoba, en comparación con otras de la Argentina y América Latina?

Si bien ha habido experiencias previas de movilización pública en Córdoba, la primera marcha masiva fue la del año pasado. En ese sentido, resulta interesante ver cómo se construye la memoria política. Para la mayor parte de los medios de comunicación y de la gente joven ésta fue la primera marcha del orgullo de Córdoba, pues desconocían una historia de manifestaciones con un tenor menor en la ciudad. Para el activismo histórico esto supuso una invisibilización de su trabajo. Esto nos permite hacer una lectura sobre la asociación semántica entre visibilidad y masividad que tal vez caracterice a la cultura política de los nuevos grupos: ser visibles significa ‘ser más’ en la calle. En cuanto al público participante, éste fue bastante homogéneo: la mayoría eran jóvenes universitarios de clase media.

Una cuestión que nos interesa analizar este año es la agenda de la marcha. Si bien la aprobación de la ley de identidad de género [que busca el reconocimiento del género social de las personas trans] es la reivindicación prioritaria, también han entrado en juego otras demandas menos directamente ligadas a la historia del movimiento LGBT, como la interrupción voluntaria del embarazo, la despenalización del consumo de marihuana, o la educación laica. Esta última se enmarca en una protesta contra un proyecto de ley de educación provincial que pretende incluir “Religión” como materia obligatoria de la currícula. Esto demuestra una articulación del movimiento LGBT con los movimientos de mujeres y de estudiantes de secundaria, también integrantes de la Multisectorial por la Igualdad encargada de organizar la marcha de este año.

Otra particularidad de la Marcha de Córdoba es la negación de un vínculo visible con el Estado —representado por el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo)— y con el llamado “empresariado rosa”. En la Multisectorial del año pasado y de éste se discutió acerca de si se permitiría la participación del empresariado rosa. Esto planteó una discusión de fondo sobre el carácter de la marcha, es decir, si adquiere un carácter más combativo o uno más festivo. En ambas ocasiones se decidió no incluir a ese sector.

Tras haber replicado la encuesta sobre victimización, sociabilidad y participación política en cinco ciudades brasileñas y cuatro otras capitales latinoamericanas, el equipo de la línea de investigación sobre derechos y política sexual del CLAM decidió interrumpir, al menos temporariamente, la aplicación de encuestas, para dedicarse a profundizar el análisis de los datos recogidos hasta ahora. Con relación a las indagaciones que les interesan, sobre identidades, cultura y movilización política, ¿qué los llevó a elegir como modelo la encuesta del CLAM?

Las encuestas del CLAM tienen secciones de preguntas comunes para facilitar el análisis comparativo, pero también tienen un enfoque particular de acuerdo con la ciudad en donde son aplicadas. En nuestro caso, nos basamos en los cuestionarios de las encuestas realizadas en Buenos Aires y Bogotá. Las marchas de esas ciudades tienen un perfil más político, de alguna manera similar a la marcha de Córdoba. Hemos buscado mantener las secciones igual, sobre todo la de discriminación y violencia, que fue tomada de forma casi literal. Las investigaciones del CLAM son las únicas que se han realizado en América Latina, por lo tanto son un referente en lo que respecta a derechos y cultura política de la población LGBT. Esperamos que en el futuro esta investigación permita elaborar un análisis comparativo sobre la cultura política LGBT latinoamericana.

Las secciones que incorporamos se relacionan con dos cuestiones puntuales. Por un lado, la aprobación de la ley de matrimonio igualitario, que sitúa a Argentina en un lugar diferente al resto de países latinoamericanos respecto a la agenda de reivindicaciones de los grupos LGBT. Por el otro, queremos sondear cuantitativamente algunas hipótesis que han surgido durante nuestra investigación, a partir de las entrevistas que hicimos con diferentes grupos activistas sobre asuntos de cultura política, perfil de militancia y alianza con otros sectores.

El cuestionario fue revisado con los grupos locales para que nos den su opinión, sobre todo en lo relativo a la agenda de demandas. Con esto también buscamos acercar el trabajo académico al de la militancia. En este sentido, el trabajo del CLAM es un ejemplo a seguir ya que pone a disposición del público tanto los resultados como los instrumentos de la investigación cuantitativa, lo que contribuye a este acercamiento del que hablamos.

Creemos importante producir este tipo de datos sobre la población LGBT de Córdoba. Las informaciones sobre el perfil sociodemográfico y las opiniones de los manifestantes podrán ser utilizadas por los activistas LGBT tanto para el desarrollo y promoción del movimiento local como para la formulación de políticas en materia de diversidad sexual y genérica con un sustento empírico. A su vez, los activistas tienen a su alcance un instrumento que les es útil para evaluar su labor a lo largo de los años. Este es un modo de construir colectivamente.

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