CLAM – Centro Latino-Americano em Sexualidade e Direitos Humanos

Do desejo à conquista

En conmemoraciones como el Bicentenario de la Independencia (16 de septiembre) y el Centenario de la Revolución Mexicana (20 de noviembre), determinados fragmentos de un relato inconcluso acerca de la Nación adquieren importancia y sus sentidos son disputados. –¿Quiénes son los recordados y quiénes los olvidados de la historia oficial? es la pregunta que hace un género de activismo cultural que propone reescribir esa historia.

En entrevista con el CLAM, Salvador Irys, director de la asociación civil Altarte y organizador de la XXIII Semana Cultural Lésbico-Gay “Del Deseo a la Conquista”, llevada a cabo entre el 15 y el 25 de junio, explicó que uno de los objetivos de este evento fue rememorar a los disidentes sexuales excluidos de la historia oficial mexicana. Los disidentes sexuales “no brotaron por generación espontánea”. Siempre han estado a lo largo del acontecer humano; mas fueron “relegados, olvidados, marginados o desaparecidos” por la Historia narrada desde la voz oficial, señaló.

En México, la lucha por reconocer los derechos de los no heterosexuales salió del armario hace apenas 32 años. En la última década, los movimientos en pro de la igualdad y las libertades sexuales han logrado triunfos legislativos y culturales que forman parte de la revolución del siglo XXI, agregó Irys. La última conquista del movimiento lésbico, gay, bisexual, travesti, transgénero, transexual e intersexual (LGBTI) en México fue la aprobación del matrimonio universal en la capital del país el 21 de diciembre de 2009. Este es un triunfo de la sociedad civil a favor de la igualdad ciudadana, independientemente de que el casamiento civil se considere o no como una “institución caduca”. Si bien el nuevo marco jurídico es un avance, éste no será suficiente si no hay un cambio cultural; de ahí la importancia de actuar en este ámbito si se quiere garantizar el ejercicio pleno de derechos de las personas LGBTI.

El arte como vía de cambio cultural

Cerca de 36 artistas participaron en esta edición de la Semana Cultural Lésbica-Gay, que tuvo a España como país invitado. Articulados en torno de la idea de que el arte es un importante vehículo de transformación de la sociedad, la Semana contó con presentaciones musicales, teatro, transformismo, performances e intervenciones sonoras, que tomaron el Museo de la Ciudad de México, la Universidad del Claustro de Sor Juana, la Alameda Central, el Centro Cultural Roma, el Palacio de la Inquisición, el Centro Cultural de España, la Comisión Nacional de Derechos los Humanos y el Museo Universitario del Chopo.

Propiciando reflexiones acerca de los trabajos de la memoria, el eje temático de la XXIII Semana fue la importancia de la sexualidad en la construcción de la identidad nacional, comentó Irys. En ese sentido, era necesario considerar las visiones que sobre este proceso tienen gays, lesbianas, bisexuales y transexuales; que se hicieron evidentes en las discusiones que tuvieron lugar en las mesas de trabajo sobre el mundo prehispánico, la conquista española, la época colonial, la posmodernidad, el feminismo y la teoría queer.

Más allá del debate acerca de su “lesbianismo”, la Semana Cultural evocó a Sor Juana Inés de la Cruz como disidente sexual. Su obra literaria, como señala la investigadora chilena Ana Pizarro en “Palabra, Literatura y Cultura”, tomó parte en la conformación de un canon literario colonial que, si bien retoma el canon peninsular, se aleja de él enunciando un discurso diferenciado que con el tiempo dará forma a un discurso literario latinoamericano autónomo. Sin embargo, la importancia de este personaje radica en que trasgredió las normas del género impuestas por la sociedad heterosexista y patriarcal. Fue una mujer que estudió, se travistió y se atrevió a confrontar a los hombres con sus ideas.

En la Semana Cultural Lésbico-Gay confluyeron un sinnúmero de identidades que dialogaron sobre sus diferencias, como las muxes –nombre dado a homosexuales indígenas pertenecientes al pueblo zapoteco del estado sureño de Oaxaca, quienes asumen roles femeninos avalados por su comunidad–, queers, lesbianas radicales, gays “machines”, transexuales, heterosexuales, ancianos, entre otros. Todos y todas manifestaron su diversidad a la vez que reconocieron militar bajo la misma causa: la lucha por los derechos humanos.

Salvador Irys rescata el debate desarrollado acerca de la importancia que las nociones católicas de “pecado” y “culpa”, cultivadas durante la evangelización española, tuvieron en la construcción de la identidad mexicana pese a que hace ya dos siglos México se erigió como nación independiente.

El evento contó con la participación de Beatriz Preciado, célebre filósofa española, cuyo “Manifiesto contrasexual” (2002) se ha convertido en referencia obligada sobre teoría queer. Preciado, quien ha trabajado sobre la producción de las diferencias sociales considerando el carácter interseccional con que operan (cómo el género y la raza se producen mutuamente), así como sobre la materialidad de tales construcciones, hizo una presentación sobre el mestizaje y lo queer, explorando también la relación entre academia y activismo, señalando los impasses que se producen entre ambos mundos.

Homenaje a Carlos Monsiváis

En su última jornada de actividades, del viernes 25 de junio, la Semana Cultural Lésbica-Gay homenajeó al escritor mexicano Carlos Monsiváis, fallecido seis días antes. Monsiváis, autor de Días de guardar, cronista, crítico literario y cultural, comprometido en la resistencia al autoritarismo y defensor de los derechos de las minorías sexuales y de las luchas feministas, fue, según Salvador Irys, un “puente” entre la academia y los movimientos sociales.

Carlos Monsiváis siempre estuvo cercano a la intelectualidad del país y a los movimientos sociales del siglo XX. Por eso, las banderas de la diversidad sexual, de la Universidad Nacional Autónoma de México y el lábaro patrio cubrieron el féretro del fallecido ensayista durante su funeral en el Museo de la Ciudad de México y el Palacio Nacional de Bellas Artes.

A lo largo de 23 años, el autor de Amor perdido ayudó a los organizadores de la Semana Cultural. “Siempre que se nos atoraba algo, allí estaba, nos echaba la mano. Siempre al pendiente de conseguirnos algún contacto que nos pudiera facilitar las cosas. En mi experiencia personal, fue una pieza clave. Con su muerte nos deja un gran vacío. Su ausencia nos deja con la pregunta: ‘¿y ahora quién podrá ayudarnos?’”, agregó Irys.

Salvador Irys anunció que la edición número 24 de la Semana Cultural Lésbica-Gay estará dedicada a la memoria de Carlos Monsiváis y el país invitado será Cuba. Se prevé la participación de Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex).

Por último, el organizador invitó al público y a los artistas de América Latina a participar en la próxima celebración de la Semana Cultural Lésbica-Gay. En aproximadamente dos meses estará disponible la convocatoria en la página web del Museo Universitario del Chopo y en el sitio de Altarte. El comité organizador puede ser contactado a través del correo electrónico: altarte@gmail.com