Cecilia Lipszyc forma parte del movimiento feminista de Argentina y actualmente se desempeña como Presidenta de la Asociación de Especialistas Universitarias en Estudios de la Mujer (ADEUEM). Es docente e investigadora, autora de numerosos artículos y libros. En 1994 se desempeñó como Convencional Nacional Constituyente por el Frente Grande, su partido. En esta entrevista Cecilia repasa con el CLAM la agenda de género de Argentina para el 2006.
¿Hay agenda de género en Argentina para el año 2006?
Sí, definitivamente. En la agenda para el 2006 tenemos algunas cosas muy importantes, en algunos de los temas venimos trabajando las mujeres desde hace algunos años. Primero, necesitamos una ley nacional de violencia en serio. Por un lado, faltan leyes de violencia en varias provincias, falta por ejemplo en Córdoba. Los cordobeses y las cordobesas no tienen ley de violencia y ahora estamos en toda una movida nacional e internacional para presionar a la legislatura de Córdoba. Había un proyecto que era de un sector más de derecha que era sólo sobre violencia intrafamiliar.
Desde el movimiento estamos apoyando un proyecto que es de violencia contra la mujer, que no toma lamentablemente las nuevas cosas de España y Nueva Zelanda. A pesar de ser absolutamente garantista desde el punto de vista jurídico, creo que esos temas tienen que ser de competencia de la justicia penal. La violencia contra la mujer tiene que estar en el Código Penal. De hecho en los países como Nueva Zelanda es un delito de acción pública, el policía que pasa por la calle, y hay policía por la calle, no tiene necesidad de una denuncia previa, de una orden judicial. Donde escucha que una mujer grita, entra y se lleva al hombre y es el hombre el que tiene que probar que no golpeó. La ley hace una inversión de la carga de la prueba. Volviendo a nuestro país, hace falta por lo menos tomar lo que introdujo la ley española, que implica la agravación penal por vínculo. Por ejemplo, el proyecto de ley de Córdoba no toma esos antecedentes. Además, hay que introducir en Argentina el tema de los noviazgos violentos. Esas son deudas fundamentales.
Segundo, otro de los temas pendientes es la ratificación del protocolo facultativo de la CEDAW sobre el que tenemos algunas esperanzas porque el movimiento de mujeres hizo una buena acción el año pasado. En diciembre de 2004 el Senado sacó un despacho que ratificaba la convención, pero eran tantas las reservas que el protocolo quedaba prácticamente anulado. Con CEDAW se planteó el problema de la soberanía, ya que los diferendos que puedan plantearse se resuelven en Naciones Unidas. Nosotras hicimos una acción muy fuerte sobre Senadoras y Senadores, pero emitieron un dictamen previo al mensaje del Ejecutivo. Ahora tenemos esperanzas que este año se trate el proyecto del Ejecutivo, que es la ratificación lisa y llana por la cual hace cinco años que venimos trabajando.
Tercero, otro problema grande que tenemos es con el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, vinculado a la implementación de la Ley Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable. La ley implicaba la creación de un programa. Yo personalmente me oponía a esa ley, porque las leyes que crean programas dependen de la cabeza de quien esta en ese lugar. Por eso con el Ministro de Salud actual tenemos un buen programa, pero si viene otro no lo lleva a cabo. La ley que no explicita derechos es endeble. Esa ley creaba el programa en salud y educación, que era educación sexual. El Consejo Federal de Educación no le dio tratamiento: “silencio de radio”, de educación sexual no se habla.
Cuarto tema, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, han firmado cientos de personas en todo el país, en las calles, en las organizaciones y en el gobierno, entre ellos el Ministro de Salud y este año vamos a seguir trabajando con la campaña y desarrollando acciones.
El quinto tema de la agenda es la lucha contra las redes de prostitución. Hace tres años los Presidentes del MERCOSUR firmaron un compromiso contra el tráfico de mujeres y de niños y niñas. Hasta ahora no hay en el Ejecutivo ningún organismo que se este ocupando seriamente. Lo esta haciendo la Procuración General, desde el área de atención a la víctima pero hay que crear una oficina específica y eso no está. El incremento de la prostitución es brutal. Ya había 5000 dominicanas de fines de la década de los noventa y ahora hay también paraguayas. En mi opinión, la cosa esta llegando a niveles casi perversos: el otro día en el Foro Internacional sobre el Nexo entre Políticas y Ciencias Sociales que organizó UNESCO, una inglesa planteó migraciones laborales de “trabajadoras sexuales”. Para mí eso es una aberración. Las mujeres en situación de prostitución no son trabajadoras, son esclavas, eso es explotación. Conocemos todos los mecanismos que se utilizan, las redes. Plantear que son migrantes al menos es un gran deslizamiento estadístico. Las prostitutas son mujeres traficadas y la Argentina está en deuda con eso. Al igual que los otros países del MERCOSUR estamos en deuda, sobre el plano institucional y de gobierno.
¿Cuál es el rol del Consejo Nacional de la Mujer?
Es invisible, cada tanto el Consejo Nacional lo que hace es largar un afiche sobre violencia contra la mujer en los medios. No cumple ninguna función. Hace política de familia, ha sido subsumido en el Ministerio de Desarrollo Social. Lo que siempre estamos planteando es la rejerarquización. Respecto del Consejo algunas lo vemos como una lucha perdida. El tema es complejo, a cargo del Consejo hay una persona que no es feminista, que no apoya el protocolo de CEDAW, que está en contra del derecho al aborto. Ahora estamos peleando para que no se desjerarquice el área de Cancillería que está vacante. Tenemos rumores de que quieren bajar el nivel de la Dirección General de la Mujer de Cancillería. Nosotras desde el Movimiento hicimos una carta y pedimos entrevista al Canciller Taiana pero no tuvimos respuesta.
Cecilia sostiene que siempre para los gobiernos el tema de la mujer es un tema menor:
“¿Estas locas que quieren?” sigue siendo la concepción. Yo creo que mínimos cambios se están dando, tenemos dos Ministras en carteras clave como lo son Economía y Defensa, en lugares no tradicionales, pero yo no se si eso es parte de una concepción, de una nueva visión o es simplemente lo políticamente correcto. Por el momento no vemos que en el gobierno haya perspectiva de género, salvo el Ministro de Salud.
Como prueba señala la reconversión del programa Jefes y Jefas de Hogar del Ministerio de Trabajo:
Es aterrador, los hombres a capacitarse y las mujeres a sus casas. En otros países como México y Perú sucede lo mismo. En un estudio reciente sobre políticas sociales, la socióloga Maxine Molineaux, señala que la mortalidad infantil bajó en esos países, pero con las mujeres en sus casas, esa es la fórmula. Lo que se intenta lograr con esto es que las mujeres dejen de presionar sobre el mercado de trabajo. Es como decía el ex Ministro de Economía Cavallo, tenemos desocupación alta por que las mujeres para realizarse salieron a trabajar. Salieron a trabajar de empleadas domesticas y no creo que con eso ninguna mujer se realice. De vuelta es lo mismo, las mujeres a sus casas y los hombres a capacitarse.
Así que perspectiva de género no vemos en los programas sociales. Esto tiene consecuencias graves, están bastante difundidos los programas de salud sobre la importancia de los controles contra el cáncer de útero, pero el mayor riesgo para las mujeres es el riesgo cardíaco y no hay campañas. De todas formas, lo que más mata a las mujeres es la violencia contra la mujer. No tenemos programa nacional de violencia contra la mujer, no tenemos programa nacional de violaciones, que esta siendo un tema gravísimo en el país. Hay más denuncias por el trabajo que hicimos las feministas pero desde el poder judicial sostienen todos que hay más violaciones.
¿Cómo está el movimiento de mujeres específicamente? ¿se recicla? ¿llegan jóvenes?
Por suerte sí, eso lo vimos rotundamente desde el Encuentro Nacional de Mujeres de Rosario en 2003. Te diré que el 80 % de la marcha era gente joven, menor de treinta años. Fue un alivio, ya no vamos a tener 80 años y seguir sólo las mismas. Muchísimas jóvenes y en eso tienen mucho que ver los nuevos movimientos sociales, desde Barrios de Pie, Movimiento Evita, etc. No muy feministas pero sí muy sensibilizadas por el tema. Porque si trabajan a nivel de base, la violencia, el embarazo adolescente, el abuso, eso lo ven cotidianamente, así que esos temas los tienen que abordar y las jóvenes de base están haciendo un muy buen trabajo. Es lo que antes no tenía el movimiento, íbamos a hacer capacitaciones en todo el país, pero organización de base solo había en los encuentros nacionales de mujeres, cuya composición social cambió desde los primeros años. Los seis primeros años eramos las profesionales urbanas, eso fue sólo los seis primeros años. Después la composición cambió y empezaron a ir las mujeres de sectores populares, pero mujeres mayores.
Los encuentros feministas siguen siendo menos populares que los encuentros nacionales. En el último Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe de Brasil en 2005 se trató la inclusión de las Trans. Lo único que me alentó a mí fue que el taller más numeroso fue el de la legalización del aborto, llegaban mujeres todo el tiempo, retiraban el material que llevamos. Pero en el plenario final no apareció el tema, ni en las conclusiones y tampoco en las resoluciones a votar. No había una mística alrededor del tema.
En 1994 Argentina reformó su constitución nacional. Entre las y los convencionales constituyentes se encontraba Cecilia Lipszy, que llegó por la lista del Frente Grande. Ella trajo una agenda de género con muchos temas para tratar. Habla de esa experiencia, de los logros obtenidos y de algún disgusto en su partido por su posición y la de otras convencionales a favor del aborto.
¿Llegaste con una agenda de género a la Convención Constituyente?
Sí, para total disgusto de mi partido. Ahí logramos una cláusula muy importante, que no quedara en la nueva constitución como cláusula pétrea el derecho a la vida desde la concepción. Porque lo simbólico es muy importante. Otras cosas también, como el rango constitucional de los tratados internacionales. La lucha era sesión tras sesión. Lo hicimos transversalmente, estábamos nosotras, algunas peronistas y radicales. Lo ganamos en el plano simbólico y quedó en la letra. También quedó el denominado cupo femenino en la constitución. Una ley te la sacan con otra ley, entonces encontramos una manera legal de ponerlo y lo pusimos. Hoy el cupo se cumple parcialmente, en los cargos electivos se cumple pero no se cumple el cupo en las direcciones partidarias de los partidos políticos. Eso esta pendiente aún hoy cuando ya pasaron casi doce años.
¿Tienen agenda de género las Diputadas y Senadoras que hoy están en funciones?
Una agenda, lo que se dice una agenda no hay. Hay algunas legisladoras mujeres muy comprometidas con la temática. El año pasado lo único que logramos en el Parlamento fue la ley de Protección Integral de niños, niñas y adolescentes, después de muchos años. Se derogó la antigua Ley de Patronato, respaldando definitivamente la Convención de los Derechos del Niño, sancionada en 1990, incorporada a nuestra Constitución en 1994.
Los temas de pendientes en el Parlamento que señala Cecilia para el 2006 son la sanción del protocolo de CEDAW y que, con mucha pelea se logre el aborto en caso de violación.
Apoyamos todo lo que tiene estado parlamentario, pero no pasan de aborto en caso de violación, no pasan de ahí. El proyecto del Diputado Zamora era casi legalización, pero no va a prosperar desde un “unibloque”.
¿Cuáles son las convocatorias para el “Día de la Mujer”?
El 8 de marzo es más amplio que la campaña por el derecho al aborto. El feminismo acá es pequeño y dividido, la idea es que lleguemos a una marcha conjunta y nosotras vamos a ir a la marcha con la consigna de la campaña “aborto libre para no morir, anticonceptivos para no abortar”. Además, en casi todas las provincias en que se desarrolló la campaña el año pasado va a estar presente la consigna en las movilizaciones.