CLAM – Centro Latino-Americano em Sexualidade e Direitos Humanos

Transexuais do Chile na OEA

Con el objetivo de conquistar espacios, alcanzar igualdades y respeto al ser humano más allá de su condición u opción sexual, la Organización de Transexuales por la Dignidad de la Diversidad trabaja en Chile desde 2005 por el reconocimiento y defensa de los derechos de las personas transexuales. Para Andrés Rivera, su presidente y fundador, la obtención del “estatus consultivo” ante la OEA, además de enorgullecer a quienes integran la organización, es un impulso para seguir trabajando por la igualdad y dignidad para todas y todos, sin distinciones.

Según el presidente de la OTD, “este nuevo paso ha sido fruto de un trabajo en equipo, responsable, serio y meticuloso, en pro de nuestros derechos”. Rivera ha sufrido en carne propia la discriminación, y en 2007 obtuvo una sentencia judicial favorable al cambio de nombre y sexo, sentando un precedente en la jurisprudencia chilena.

El CLAM conversó con él para conocer la situación general de las personas transexuales en Chile, y el impacto de la obtención del “estatus consultivo” de la organización ante la Organización de los Estados Americanos.

El 3 de diciembre pasado la OTD obtuvo el “estatus consultivo” ante la OEA. ¿Cuál es la importancia de este reconocimiento para las demandas de los colectivos transexuales y para el horizonte de los derechos humanos en general?

La Organización de Transexuales por la Dignidad de la Diversidad es la primera en el mundo que obtiene “estatus consultivo” ante la OEA, hecho que se produjo el pasado 3 de diciembre de 2009. Esto significa poder trabajar en incidencia política, pero además en áreas específicas que están determinadas por la OEA, entre las que se encuentran la promoción y protección de los derechos humanos, con énfasis en grupos de poblaciones vulnerables. Significa además poder realizar recomendaciones a los órganos políticos de la Organización.

La posibilidad de realizar estudios en cuestiones de derechos humanos y grupos vulnerables para la Secretaría General de la OEA nos abre una enorme oportunidad de abordar temas como identidad y expresión de género. El estatus consultivo nos posibilita también relacionarnos con actividades de participación ciudadana, difundir trabajos de la Comisión de Asuntos Jurídicos y Políticos (CAJP) del Consejo Permanente de la OEA, e incidir en la elaboración de la Convención Interamericana Contra la Discriminación Racial e Intolerancia, promoviendo la disminución de la violencia y criminalidad.

¿Cuáles son los principales logros en el reconocimiento de los derechos que las personas transexuales han conseguido en los últimos años en Chile y América Latina?

En primer lugar, la visibilización de la transexualidad. En Chile hemos logrado cuatro cambios de nombre y sexo, sin operaciones de readecuación sexual. Hay que recordar también la sentencia por discriminación laboral contra la Universidad de Rancagua y a favor de la identidad de género.

A nivel latinoamericano, en las Asambleas de Medellín (Colombia) y San Pedro Sula (Honduras), hubo dos resoluciones de apoyo a la Orientación Sexual, Identidad y expresión de género. Esto fue el resultado de la creación de una Coalición LGBTTTI que dio seguimiento al trabajo de la OEA.

En 2009 trabajamos en el Informe para el Examen Periódico Universal (EPU) sobre violaciones a los derechos humanos de personas transexuales en Chile, presentado ante las Naciones Unidas (ONU), que fue aceptado y validado. El gobierno chileno aceptó las recomendaciones hechas por los países adscriptos.

Sinceramente creo que además de nuestra participación en diversos foros, charlas o cumbres – en Perú, Washington, Trinidad y Tobago, Paraguay, Chicago, Los Ángeles, París o Santiago de Chile – la incidencia en foros dentro de Chile ha sido importantísima. Por ejemplo, hemos trabajado en la capacitación de matronas (parteras, obstétricas) de consultorios de salud pública en temas de identidad de género; participamos de seminarios en universidades y organizamos el primer ciclo de cine transexual.

A partir del 11 de marzo de 2010 Chile espera un cambio abrupto en la orientación del gobierno. ¿Cuál es su opinión acerca del nuevo gobierno y cómo cree que será la defensa de los derechos de la transexualidad?

El futuro es incierto. Soy bastante crítico del sistema. En el gobierno de la Concertación, con una mujer como presidenta, Michelle Bachelet, no avanzamos en temas de respeto e igualdad de personas transexuales. Lo logrado por la OTD ha sido producto del trabajo de la organización, de voluntades particulares, y no de un cambio en las políticas publicas. Fuimos ignorados.

Ante este nuevo proceso político no queremos, obviamente, retroceder en lo logrado, y nuestro trabajo se centrará en las recomendaciones que Chile recibió de la ONU en el Examen Periódico Universal (EPU) frente a las violaciones de los derechos humanos de personas transexuales, así como también en el reconocimiento a la identidad de género y su inclusión en las políticas publicas. Tenemos nuestras preocupaciones, pero primero nos sentaremos a conversar y después emitiremos opinión.

¿Qué iniciativas legislativas se han propuesto defender durante los próximos 4 años de nuevo gobierno, y qué iniciativas desarrollarán junto con la sociedad civil?

Queremos inclusión en las políticas públicas, en las áreas de Salud, Justicia y Educación. Queremos respeto a nuestro cuerpo, a las decisiones de lo que queremos, a los derechos sexuales y reproductivos de personas transexuales, el respeto a la identidad de género en colegios, institutos, universidades; queremos inclusión en las mallas curriculares para formar a los/las profesionales, el reconocimiento legal a la identidad de género sin necesidad de operaciones de readecuación sexual. Queremos también que Chile apoye y adopte los Principios de Yogyakarta sobre la Aplicación del Derecho Internacional Humanitario en relación con la Orientación Sexual y la Identidad de Género.