CLAM – Centro Latino-Americano em Sexualidade e Direitos Humanos

UBA CONTRA A HOMOFOBIA

Por Leonardo Bastida Aguilar


Este mayo Cuba se ha manifestado nuevamente contra la homofobia. En diversos puntos de la isla, paneles sobre educación sexual, derechos de las personas LGBT, despatologización de las identidades trans y prevención del VIH-Sida reavivaron el debate en la Universidad de La Habana y la Universidad de Oriente. Presentaciones de libros, como la antología de cuentos homoeróticos Instrucciones para cruzar el espejo, comparsas, festivales musicales y puestas en escena hicieron visibles las prácticas artísticas y culturales de lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros cubanos.


Las actividades, celebradas principalmente en La Habana y Santiago, contaron con la participación de representantes del gobierno, como el Jefe del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Rolando Alfonso Borges; reconocidos personajes del ámbito artístico, entre ellos Miguel Barnet, Presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC); e invitados extranjeros, como la Diputada alemana por el Partido de la Izquierda, Barbara Holl, y Wilfred Labiosa, dirigente de la organización estadounidense Boston Pride.

El marco que articuló estos eventos fue la IV Jornada Cubana contra la Homofobia, iniciativa educativa liderada por el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), su directora Mariela Castro, y colectivos de la diversidad sexual, con el fin de combatir la homofobia y visibilizar la situación de las personas LGBT en la isla. Un punto alto de las celebraciones, recogido por medios internacionales, fue la Marcha Contra la Homofobia, realizada el 14 de mayo.

Alberto Roque, coordinador del grupo Hombres por la Diversidad del CENESEX, habló con el CLAM sobre estas actividades, la apertura del gobierno al tema de la diversidad sexual y las principales reivindicaciones de las organizaciones LGBT cubanas.

¿Cómo se gestaron las Jornadas contra la Homofobia en Cuba?

Desde la primera vez que conmemoramos el Día Internacional contra la Homofobia, en mayo de 2007, decidimos enfocar nuestro trabajo educativo y activista en el abordaje de la homofobia como un problema social y en la visibilización de las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros —sector de la sociedad que es discriminado y marginado.

Las Jornadas Cubanas contra la Homofobia forman parte de una iniciativa educativa permanente, liderada por el CENESEX e instituciones y organizaciones cubanas, grupos en el exterior solidarios con la Revolución Cubana, organismos de las Naciones Unidas y representaciones diplomáticas radicadas en nuestro país.

Con el tiempo fuimos dando mayor relevancia a otros temas, como la articulación de la orientación sexual e identidad de género con otras formas de discriminación. Al reflexionar sobre la homofobia también trabajamos sobre discriminación por género, color de piel y origen geográfico.

Hemos visto con satisfacción que las y los activistas, y más recientemente los medios de comunicación, han empezado a hablar sobre la diversidad sexual desde el reconocimiento de los derechos sexuales como derechos humanos.

También consideramos importante llevar estas actividades a la mayor cantidad de provincias posibles, pues el objeto social del CENESEX es de alcance nacional. Así lo entiende el Programa Nacional de Educación Sexual. Desde el año pasado, cada 17 de mayo, realizamos actividades centrales en las capitales de provincia, específicamente.

Además de los eventos masivos, ¿qué otras actividades desarrollaron?

Se han llevado a cabo conferencias sobre diversidad sexual, estigma y discriminación. Paneles sobre el abordaje de la sexualidad en los medios de comunicación y sobre fundamentos de teoría queer.

Desde la celebración de la Primera Jornada Cubana contra la Homofobia, el cine club Diferente se ha convertido en un espacio permanente de reunión. Ese año, en una actividad de cine-debate, proyectamos el filme estadounidense Boys don´t Cry.

Las artes plásticas también se han sumado a las Jornadas con exposiciones fotográficas y de pintura en las que se aborda la diversidad sexual.

También se hace prevención de las infecciones de transmisión sexual y VIH-Sida. En las Jornadas se han lanzado campañas de prevención.

¿Cómo lograron que el gobierno cubano, que durante tantos años persiguió a las personas LGBT, apoyara estas actividades?

La diversidad sexual involucra a todas y todos, incluso a las personas heterosexuales. En Cuba, como en cualquier país de la región y del mundo, se persiguieron y excluyeron a las personas con identidades sexuales no heteronormativas. Los años sesenta, setenta y buena parte de los ochenta estuvieron marcados por la patologización de la homosexualidad.

Durante esos años, en Cuba se cometieron injusticias y se institucionalizó la homofobia. Ese es un fardo histórico que cargamos y que todavía se evidencia en la deliberada y discriminatoria selectividad política. Sin embargo, no se han cometido asesinatos de homosexuales por parte del Estado ni de grupos paramilitares, como lamentablemente sigue ocurriendo en otros países de la región.

Nuestro pueblo y nuestros gobernantes, procedentes de ese mismo pueblo, hemos transformado favorablemente nuestra percepción sobre las también llamadas sexualidades marginales. A ello han contribuido la despenalización total de la homosexualidad, en 1997, la creciente —aunque todavía insuficiente— educación sexual de cubanas y cubanos, y la despatologización de la homosexualidad. Esas medidas responden a la incidencia política y las iniciativas educativas promovidas por el CENESEX, liderado por Mariela Castro, que acompañan cambios culturales del pueblo cubano.

También es preciso destacar el encomiable trabajo que desde el año 2000 viene realizando el Centro Nacional de Prevención de las ITS y el VIH-Sida con hombres que tienen sexo con hombres.

Las Jornadas han contribuido al surgimiento de nuevos liderazgos de activistas que luchan por el reconocimiento de los derechos de las personas LGBT. Muchos de ellos son heterosexuales sensibles a la injusticia de las relaciones hegemónicas y de poder entre seres humanos.

¿Cuál es la situación actual de Cuba en materia de homofobia?

La homofobia en Cuba es proporcional a la pobre erosión del poder patriarcal. Existe mucha violencia verbal y física, aunque los crímenes de odio basados en orientación sexual e identidad de género no son altos estadísticamente hablando.

Aún se nos niegan los derechos en la esfera laboral y en las fuerzas armadas. La discriminación también se expresa en el desconocimiento de las identidades trans y, sobre todo, en el silencio que, en mi opinión, es lo más difícil de acabar. Ese silencio también transforma en cómplices a las víctimas de la homofobia.

Parece simbólico que en la sala Karl Marx, el mayor escenario teatral cubano, se haya llevado a cabo una puesta en escena de personas trans…

Más que simbólico, es el resultado concreto de la estrategia educativa y la campaña por el Respeto a la Libre Orientación Sexual e Identidad de Género, del CENESEX. Hemos logrado alianzas con diferentes decisores políticos y gubernamentales y el Partido Comunista de Cuba ha dado un espaldarazo público y claro a nuestro trabajo. Ese apoyo estuvo desde la primera Jornada, en 2008, pero en los últimos años el diálogo y el intercambio se han articulado de forma más expedita y sistemática.

Por otro lado, nuestros transformistas, mujeres transexuales y artistas profesionales ya habían ganado un espacio en importantes escenarios a través de un trabajo digno de encomio. Lo más destacable ha sido la profesionalidad y la diversidad de todo el espectáculo.

¿Cuáles son las principales demandas de los colectivos LGBT en Cuba?

Actualmente abogamos por el reconocimiento de las uniones legales entre personas del mismo sexo, por la despatologización de la transexualidad y por la aprobación del Decreto Ley sobre Identidad de género.

En la esfera educativa buscamos fortalecer el diálogo con el Ministerio de Educación. Queremos capacitar policías y juristas como educadores en diversidad sexual, contribuir a la educación de jóvenes universitarios frente a estos temas y fortalecer la formación de activistas con un enfoque de derechos humanos.

¿Qué tan viable es la aprobación de las uniones entre personas del mismo sexo?

Esta petición es factible. El reto consiste en lograr que el proyecto sea debatido y aprobado por el Parlamento cubano. Para lograr ese reconocimiento es preciso modificar el Código de Familia, ley civil que regula las relaciones familiares.

Nosotros consideramos que se trata de un hecho que debe ser reconocido por el Estado, que en tanto derecho no requiere ser plebiscitado. Esto no significa que debamos parar con nuestras iniciativas educativas, que se mantendrán, aun cuando logremos los cambios legislativos por los que abogamos.