El proceso oral comenzó en un tribunal de Córdoba. Organizaciones por la diversidad sexual se manifestaron frente al tribunal. Sostienen que el crimen es consecuencia de la discriminación y el odio a la identidad de género. Discriminación, esa palabra, de la que Graciela Vázquez, madre de la “Pepa”, conoce tanto su significado como sus peores consecuencias, será una constante en el juicio que se inició ayer en Córdoba contra de Daniel Torres, un albañil que ese mismo 6 de marzo en que disparó contra Natalia “Pepa” Gaitán, la novia de su hijastra, se entregó a la policía casi sin oponer resistencia. Porque esa palabra es el meollo de este juicio, aun cuando no haya ley todavía que agrave un homicidio cuando la discriminación que alienta a quien lo comete tiene que ver con la orientación sexual o la identidad de género de la víctima.