CLAM – Centro Latino-Americano em Sexualidade e Direitos Humanos

Aborto em campanha política

En plena crisis financiera y en tiempo de campaña electoral, gracias al impulso del senador y precandidato presidencial Eduardo Frei Ruiz-Tagle, se reabrió en Chile el debate sobre el aborto terapéutico. Junto a Nicaragua y El Salvador, el país forma parte del grupo de naciones que criminaliza el aborto en cualquier circunstancia, mientras que en países como Irán y el Congo –con férreo control religioso uno y altas tasas de natalidad el otro–, la ley contempla instancias de aborto legal.

“Yo no he hecho ningún ofertón, no he comprometido nada. Lo único que dije es abramos el debate, hagamos un diálogo sobre un tema que interesa a muchos chilenos”, sostuvo Frei en declaraciones de prensa; pese a que su partido, la Democracia Cristiana, en octubre de 2007 había acordado oponerse a legalizar cualquier tipo de interrupción del embarazo. En el momento de sus declaraciones, Frei estaba recién llegado de Brasil donde tomó conocimiento del caso de la niña de 9 años, embarazada tras reiteradas violaciones de su padrastro, que reavivó el debate sobre violencia sexual y la necesidad de reformar la ley sobre aborto.

De inmediato la derecha chilena, a través de su candidato presidencial, Sebastián Piñera, negó de plano cualquier discusión, mientras que sorpresivamente la Iglesia Católica, a través del presidente de la Conferencia Episcopal, Alejandro Goic, manifestó su disposición a dialogar sobre el tema.

Lo cierto es que, después de las palabras del precandidato presidencial de la Concertación, se abrió una posibilidad real de abordar un tema que por muchos años ha sido excluido de la agenda legislativa y de los medios de comunicación. Hasta hace poco tiempo no había posibilidades de discutir públicamente el asunto y las opiniones fundadas de distintos actores y actoras eran silenciadas por la prensa, inclusive los resultados de encuestas de opinión a favor de legislar el aborto. Actualmente proliferan las discusiones en programas de radio, blogs y foros diversos y canales de televisión que le han dado cabida al tema, la mayoría, sin embrgo, desde una visión conservadora.

En esta coyuntura, parlamentarios de los partidos de la Concertación repusieron el proyecto que busca legalizar el aborto terapéutico contando además, con el apoyo de diputados de derecha. Esta propuesta dormía en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados desde el año 2003. Su artículo único establece que “sólo con fines terapéutico se podrá interrumpir un embarazo. Para proceder a esta intervención se requerirá la opinión documentada de dos médicos cirujanos”.

Vale la pena recordar que el aborto terapéutico fue permitido en Chile por el Código de Salud del año 1931, que duró hasta septiembre de 1989, cuando la dictadura de Augusto Pinochet eliminó dicho derecho, penalizando el aborto en toda instancia. El Artículo 119 del Código Sanitario de la época estipulaba algo similar a lo propuesto en el Proyecto de Ley ahora reflotado. El Código de Salud de la época consideraba la práctica del aborto terapéutico en función del riesgo vital de la madre, directo o asociado a severas malformaciones del feto en gestación. Actualmente en Chile no está permitido ningún tipo de aborto; sin embargo, no es posible encontrar una definición de aborto en el Código Penal ni en el Código Sanitario chileno. Esto no inhibe la realización habitual de “interrupciones” de embarazos ectópicos o tubarios o que en la medicina privada exista espacio para este tipo de “procedimientos” en otos casos de riesgo grave para la salud de la madre.

El presidente de la Cámara del Diputados, el derechista Rodrigo Álvarez, inicialmente dio señales de declarar inadmisible el proyecto. Finalmente descartó esta posibilidad, pero queda el fantasma que significa la posibilidad de recurrir al Tribunal Constitucional (TC) si la iniciativa legal avanza. Cabe recordar que fue este el Tribunal que falló en contra de la distribución de la píldora del día después en todos los consultorios públicos del país en abril de 2008.

Una vez presentado, el proyecto deberá ser discutido en la Comisión de Salud, cuyo presidente, el demócrata cristiano Gabriel Silber, expresó su disposición para ponerla en trámite. Sin embargo, de pasar a la cámara alta, el presidente del Senado, el también derechista Jovino Novoa, explicó que podría declararlo inconstitucional porque –a su juicio– afecta algunas cuestiones constitucionales de fondo.


Las opiniones de expertas y el movimiento de mujeres

“Negarle a una mujer la libertad de decidir respecto de un embarazo que compromete su salud y su vida es incoherente con la definición de Estado laico que tiene el chileno. Éste es un debate necesario”, precisó la investigadora Paulina Vidal Pollarolo, quien en 2008 coordinó el proyecto “Construcción de argumentos para la restitución en Chile del aborto por razones de salud”.

La docente del Programa de Estudios de Género y Sociedad – PROGENERO de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano fue clara en señalar que el ciudadano o ciudadana que se sitúa éticamente en este tema podrá apreciar que la prohibición total del aborto se opone a los principios morales que los propios grupos autodenominados “provida” dicen defender. “Cuando la vida de la mujer está en peligro, al prohibir el aborto se estaría priorizando la vida de un feto que, para existir, depende de la vida de la mujer. En estas condiciones, negar todo tipo de aborto significaría aceptar la muerte de dos vidas”, sostuvo.

A su vez, Foro Red de Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos, la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (ANAMURI), la Mesa Ciudadana por el Derecho a Decidir y la Marcha Mundial de las Mujeres enviaron una carta a los parlamentarios y candidatos presidenciales de todo los sectores pidiendo la aplicación del aborto terapéutico. Fueron claras al afirmar que “el aborto terapéutico es un derecho humano, no un slogan de campaña”.

En su misiva recordaron a las y los representantes del Poder Legislativo el marco legal internacional y el problema sanitario que implica la ilegalidad del aborto terapéutico, de modo que finalmente se logre priorizar la salud de las mujeres sobre las convicciones y valoraciones personales.

Si las encuestas no mienten, la última realizada en diciembre de 2008 por el Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea, CERC, reveló que más del 60 por ciento de la población chilena está a favor del aborto terapéutico. Por lo tanto es de esperar que el tema se haya instalado para quedarse en la campaña presidencial, lo que podría permitir, de una vez por todas, el inicio del debate para alcanzar una ley que respete los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.