Santamaría Fundación GLTB
“No es necesario ser para defender” es el lema elegido por Santa María Fundación GLTB, una nueva agrupación de Cali, Colombia, orientada a defender los derechos de las personas trans, sensibilizar a la sociedad y contribuir para erradicar los prejuicios hacia las minorías sexuales. Su quehacer se centra en la defensa de los derechos humanos y en la contribución a los procesos de inclusión social de grupos marginados. De manera específica se ocupa de la defensa de los derechos de las personas trans, llevando a cabo acciones para frenar los abusos de los cuales ellos y ellas son víctimas frecuentemente.
Este grupo nace de la comunión de seis amigos, que hasta el año pasado ellos realizaban tareas de forma no institucionalizada. Ellos convergieron en un mismo sentimiento de pasión y ganas de hacer una labor social. En esta historia son fundamentales la partida de María Paula Santamaría, y la orientación de Maria Belén Correa, de la Asociación de Travestís, Transgéneros y Transexuales Argentinas, ATTTA que motivaron al grupo a continuar de una manera más formal la labor que venía realizando con las chicas trans en la ciudad de Cali.
Acciones de la Fundación
Actualmente Santamaría enfoca sus esfuerzos en acciones de sensibilización acerca de los derechos que las personas trans deberían ejercitar por el simple hecho de ser ciudadanas colombianas. Por otro lado, trabaja para el reconocimiento de las personas trans como ciudadanas y para superar los prejuicios contra ellas y sus estilos de vida. Para estos fines realiza su labor en red con algunas organizaciones LGBT del Valle del Cauca, con entidades como Profamilia, y con el Gobierno Departamental en el abordaje de temas más específicos.
En relación a los Derechos Humanos, cuenta con un observatorio de crímenes de odio; en asociación con otros grupos, hace denuncias y documentación permanente de casos. En el área de salud participa, en proyectos de prevención de ITS y VIH-SIDA y orienta acerca de los procesos de hormonización.
Santamaría en el escenario LGBT
Santamaría es una organización relativamente nueva ya que en el universo LGBT de Colombia no muchos grupos se dedican específicamente a los problemas que enfrentan las personas trans. Es el tercer grupo organizado con este objetivo, después de Trans-Ser (http://www.trans-ser.org/intro.html) y Cortransgénero, con quienes, a través de Samanta Palacios, mantienen un intercambio enriquecedor.
Santamaría ha sido clara en defender la apuesta de posicionar significativamente el tema trans, de modo tal que redunde en beneficios de ciudadanía, calidad de vida y reducción de la discriminación para la población trans de Colombia. La presencia de Santamaría se une a un clima general de fortalecimiento de las organizaciones trans que en Latinoamérica y en el mundo se organizan en redes y cooperan entre sí, tanto a nivel local como internacional.
Las situaciones de exclusión se dan en escenarios cotidianos: en el trabajo, en las instituciones educativas, en los barrios y al interior de las familias. Las personas trans experimentan en el movimiento LGBT, al igual que en el resto de la sociedad, desde la más comprensiva y clara solidaridad, hasta la transfobia (sentimiento de fobia, rabia, irrespeto, intolerancia, expresado por una persona hacia alguien perteneciente al colectivo trans). Esta experiencia de exclusiones dentro del colectivo LGBT, tanto en su quehacer político, como en el cotidiano LGBT, nos lleva a considerar la importancia del trabajo en relación con las endodiscriminaciones. Este fenómeno no se refiere sólo a las y los trans, sino también a otros segmentos discriminados dentro de las comunidades LGBT.
”No es necesario ser para defender”. Una reflexión para reivindicaciones más inclusivas.
Santamaría asumió este lema porque quería que fuera, antes que una afirmación exclusiva de las y los trans, una invitación a todas las personas heterosexuales, bisexuales, lesbianas y gays, a unirse en la hermandad de lo humano para así luchar por quienes en este momento demandan nuestra prioridad. Por otro lado, también alude al hecho de que nadie está exento de tener un hermano, hermana, amigo, amiga o familiar trans. Es interesante que, en el caso de Santamaría, la invitación haya provenido de personas que no pertenecen al colectivo trans, motivadas simplemente por su sentimiento de solidaridad y responsabilidad social.
Se trata de una apuesta política valiosa, en un momento en que las luchas de los movimientos sociales se concentran en agendas restringidas y predomina una concepción individualista de los derechos. Es importante que las agendas de los movimientos sociales de los grupos dominados contemplen el apoyo a las acciones de los otros. Aunque no es fácil, es importante generar alianzas entre los movimientos negros, LGBT y de mujeres. Todos ellos son afectados por la discriminación y la exclusión social y económica y existe un campo de coincidencias entre las agendas de los grupos organizados del sector LGBT y otros sectores sociales, ya sea para estudiar el fenómeno o para proponer acciones concretas tendientes a la reducción de la discriminación.
Una amenaza: perder la especificidad.
El encarar alianzas entraña ciertos riesgos: en ciertos espacios y acciones conjuntas es necesario ceder ante algunos temas, sin que ello implique una pérdida de identidad, de objetivos, o que los grupos dejen de reconocer sus particularidades. Santamaría, por ejemplo, tiene una agenda específica en relación a la violencia que sufren las personas que realizan trabajo sexual, cuestiones técnicas y legales en relación a los procesos de hormonización, cambio de sexo, cambio de nombre y prevención del VIH-SIDA. Estos son los temas que movilizan a los grupos trans y en lo cuales se ha desarrollado su liderazgo. En este sentido, su desafío es trabajar en dos frentes: el de su especificidad y el de las alianzas colectivas más amplias. La riqueza de las alianzas radica en la singularidad y la diferencia. Santamaría ha tenido, por ejemplo, una importante participación en la marcha contra la violencia infantil del Valle del Cauca.
La clave está en identificar los temas que nos unen: derechos humanos, discriminación, adecuación del sistema de salud. De este modo, por un lado se fortalece el intercambio con otros grupos y, por otro, es posible introducir en agendas más generales la cuestión de la reasignación de sexo, la hormonización, la transfobia, la discriminación por orientación sexual. Es así que otros grupos y ciudadanos se interesan por los problemas más específicos, en este caso aquellos de los y las trans.