En la Argentina, la identidad de las personas trans no es reconocida legalmente. Los datos que aparecen en su documento nacional de identidad (DNI) no corresponden con su nombre e identidad de género social. Esta falta de reconocimiento les supone obstáculos en el acceso al sistema de salud, al sistema educativo y al sistema de seguridad social. También les impide el ejercicio pleno de su derecho al trabajo, al no poder acceder en igualdad de oportunidades al mercado laboral. En la violencia simbólica y material generada por estas situaciones subsiste una de las formas más insidiosas de discriminación de las democracias contemporáneas. De ser aprobada la ley de identidad de género, las personas trans podrían rectificar la información correspondiente a su nombre e identidad de género en los registros oficiales.
Como antesala al debate parlamentario sobre la ley de identidad de género, el Grupo de Estudios sobre Sexualidades del Instituto Gino Germani organizó un debate sobre la situación de las personas trans en la Argentina. Martín Boy, miembro del comité organizador, hace un recuento del evento.
por Martín Boy*
De cara a la discusión de una Ley de Identidad de Género en el Congreso argentino, el Grupo de Estudios sobre Sexualidades (GES) del Instituto Gino GermaniInstituto Gino Germani (Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires – UBA) organizó una charla-debate acerca de la situación actual de las personas travestis, transexuales y transgénero en la Argentina. El evento se enmarca en el acompañamiento de temáticas de la agenda política sobre derechos sexuales y reproductivos que lleva a cabo el Instituto, a partir de la generación de espacios de intercambio entre activistas, académicos y público en general. En 2010 este intercambio abordó la discusión de la ley de matrimonio igualitario y contemplará el debate en torno a la despenalización del aborto.
En la confección del programa se pretendió dar cuenta de los posicionamientos de organizaciones de la sociedad civil con relación a los diferentes proyectos de ley de identidad de género presentados ante el Congreso. Para ello se convocó a activistas travestis, transexuales y transgénero de diferentes redes y organizaciones, que hicieron visible la situación de las personas trans desde su propia perspectiva. Con esto se atendió el reclamo histórico del movimiento trans de que no se hable más en nombre de ellas y de ellos, ni sobre ellas ni ellos, sino que se abran instancias en las que sean consideradas y considerados sujetos políticos con voz propia.
La actividad estuvo dividida en dos paneles. En el primero se hizo una presentación en clave histórica de los principales logros alcanzados por el activismo travesti/transexual/transgénero en Argentina en lo relativo a la discusión parlamentaria de los proyectos de ley. Integraron ese panel Diana Sacayán (Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación – M.A.L.), Daniela Castro (Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires y dirigente de la Central de Trabajadores Argentinos – CTA), Marlene Wayar (Futuro Transgenérico y directora de la revista El Teje) y Claudia Puccini (Comunidad Homosexual Argentina – CHA).
Sacayán expuso su trabajo con personas trans en el Partido de La Matanza, distrito ubicado en la periferia del área metropolitana del Gran Buenos Aires. La activista abordó las transformaciones del activismo local mencionando aspectos como el sustento de la movilización, que inicialmente era solventado con dinero producto del ejercicio de la prostitución. Sacayán también abordó la evolución de las demandas del activismo trans, cuya agenda ya no se focaliza únicamente en el reclamo por una atención médica adecuada ante la epidemia del VIH/sida. En la actualidad, afirmó la activista, también se discuten asuntos como el diseño e implementación de políticas de inclusión y la necesidad de un cambio cultural que considere a las identidades de género disidentes.
Daniela Castro describió la lucha que protagonizó para que la CTA, una de las principales organizaciones sindicales en el país, incorporara en sus dependencias a diez personas trans. También relató las medidas tomadas por la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, que en 2009 creó la Resolución Nº2709. Ésta obliga al personal de la institución a llamar a las personas trans por su nombre social y no por el que figura en su documento de identidad. Con base en su experiencia activista de la ciudad de Mar del Plata, Castro relató el modo en que se logró que en los hospitales públicos las pacientes trans dejaran de ser internadas en salas de varones y se destinaran espacios propios para ellas.
Marlene Wayar enfatizó la necesidad de dar mayor visibilidad a las identidades trans masculinas y destacó el trabajo realizado con la publicación El Teje, la primera revista hecha por travestis/transexuales/transgéneros en la Argentina, a través de la cual se ha permitido que personas trans accedan a un medio escrito para hablar en su propio nombre y con su propia voz. Con una mirada crítica del propio movimiento trans, Wayar señaló que los logros en materia de derechos de las travestis, transexuales y transgéneros se alcanzaron más a partir del diálogo con otros actores externos que de un debate dentro del movimiento.
Finalmente, Claudia Puccini enumeró las tareas realizadas por la CHA en torno a distintas problemáticas de las personas trans. Destacó el acompañamiento legal brindado por esta organización a Tania Luna, primera persona transexual a quien la justicia argentina reconoció su identidad asumida sin haberse practicado cirugía de reasignación sexual. Puccini mencionó también la publicación de libros sobre identidades trans, firma de convenios con hospitales públicos para mejorar la atención sanitaria y manifestaciones frente a las Casas de las Provincias para denunciar prácticas transfóbicas.
La presentación de estos logros, a modo de antesala, permitió reconstruir el recorrido seguido por el movimiento trans hacia un marco jurídico que contemple el reconocimiento jurídico buscado. El segundo panel abordó de lleno el debate de los proyectos de Ley de Identidad de Género. En esta mesa participaron Marcela Romero (Asociación Travestis, Transexuales, Transgéneros Argentinas – A.T.T.T.A.), Lohana Berkins (Asociación de Lucha por la Identidad Travesti – ALIT), Alba Rueda (100% Diversidad y Derechos) y Mauro Cabral (Global Advocates for Trans Equality – GATE). El y las panelistas abarcaron las diferentes posturas del movimiento trans respecto a lo que una ley de identidad de género debe contemplar. La disyuntiva sobre la conveniencia de que otros actores participaran en la formulación de esta iniciativa fue uno de los aspectos centrales del debate.
Romero denunció que en tres provincias argentinas, Formosa, Neuquén y La Rioja aún se criminaliza las identidades trans a través de Códigos de Faltas. Estos Códigos habilitan a las policías locales a detener a las personas por vestir “ropas del sexo opuesto”. En este contexto, Romero señaló que, en caso de ser aprobada, la ley de identidad de género traería consigo dignidad a uno de los grupos olvidados por el proceso democrático reiniciado en 1983 luego de la última dictadura.
A.T.T.T.A. y la Federación Argentina LGBT (principal impulsora del matrimonio igualitario) presentaron recientemente en el Congreso Nacional dos proyectos de ley: uno que apunta al reconocimiento legal de la identidad de género y otro que busca asegurar la cobertura y el acceso a todos los tratamientos médicos necesarios para las personas trans. A su vez, en alianza con otras organizaciones, ALIT presentó un proyecto de ley distinto sobre identidad legal y aseguramiento de los tratamientos médicos a personas trans. Al respecto, Lohana Berkins manifestó que este proyecto contempla ambos aspectos, identidad legal y cobertura médica, pues las organizaciones que lo impulsaron están en desacuerdo con la separación de ambos temas en proyectos de ley diferentes. La activista de ALIT recalcó la necesidad de una ley de identidad de género que no se fundamente en discursos patologizantes de las identidades trans —que las entienden a partir de conceptos médicos como la “disforia de género”—, y que en su lugar tome como punto de partida la perspectiva de derechos.
Por su parte, Alba Rueda cuestionó la expectativa de que el debate y aprobación de la ley de identidad de género vayan resultar más sencillos que la conquista del matrimonio igualitario. Como ejemplo citó el caso de Uruguay, donde la ley fue aprobada, pero sólo al costo de la modificación de artículos centrales. Para Rueda, el debate debe inscribirse en la perspectiva de la diversidad y no en la de la alteridad.
Por último, Mauro Cabral manifestó incredulidad con respecto a la dignificación de las personas trans que pudiera traer consigo la aprobación de la ley de identidad de género. El codirector de GATE señaló que los proyectos de ley dejaron de lado aspectos como la capacidad reproductiva de las personas trans y la capacitación de los profesionales de la salud para su atención, que debieron ser contemplados. Cabral advirtió que los proyectos presentados ante el Congreso reproducen el binomio hombre/mujer, excluyendo así a las personas trans que no se identifican exclusivamente con uno de los dos términos.
La actividad organizada por el GES es la segunda del año en torno a la ley de identidad de género. En esta oportunidad se manifestaron diferencias en torno de estrategias y posicionamientos frente al debate parlamentario. Todo parece indicar que en el primer semestre de 2011, un año marcado por la carrera presidencial, la Argentina debatirá por primera vez en su Congreso una ley de identidad de género de alcance nacional.
*Licenciado en Sociología. Magíster en Políticas Sociales. Miembro del Grupo de Estudios sobre Sexualidades (GES-IGG-UBA).