La ciudad de Rosario, en la provincia de Santa Fe, es conocida como “la Chicago argentina” en alusión a que a fines del siglo XIX y principios del XX se convirtió en el principal puerto cerealero del país y cómo, en esa época de auge, florecía el contrabando. Sin embargo, hoy podría cambiar su apodo por el de “ciudad progre”. En esta ciudad, gobernada por el Partido Socialista desde 1989, el gabinete que acompaña al Intendente es paritario, compuesto por igual número de secretarios hombres y mujeres. Recientemente se agregó una nueva oficina al organigrama del municipio, el Área Diversidad Sexual. Esta incorporación, votada por el Concejo Municipal por unanimidad en octubre de 2006, es el primer organismo público a nivel local de la República Argentina específicamente dedicado a la temática de los derechos de gays, lesbianas, travestis y trans.
Política pública
¿Cómo surge la iniciativa de crear un área dedicada a la diversidad sexual?
La creación del Área es producto del trabajo de compañeras y compañeros que hemos visibilizado el tema en Rosario. Ya hace veinte años que hay visibilidad del movimiento LGTB, producto de una construcción inteligente del tema en base a pequeños avances en la instalación del tema. El Concejal socialista Pablo Colono me convocó para pensar juntos de qué forma se podía avanzar legislativamente. Había mayoría parlamentaria, era el momento para concretar iniciativas. El área se vota en octubre de 2006 y se implementa recién en mayo de 2007. La ordenanza N° 8.045 tardó solamente una semana entre su presentación y su aprobación por unanimidad; pero crear un área es modificar la estructura municipal, hubo que trabajar técnicamente y eso llevó tiempo. Recién el año que viene vamos a tener nuestro propio presupuesto, en 2007 el presupuesto para las actividades sale de la Secretaría de Promoción Social que es de la cual dependemos.
¿Qué otros antecedentes había en el nivel nacional y provincial?
En Argentina hay dos antecedentes de trabajo del estado en la temática específica, uno la Comisión para Minorías Sexuales y Portadores de HIV (COMSEP) dependiente de la Dirección de Derechos Humanos y Lucha contra la Discriminación del Ministerio de Justicia, en la provincia de Córdoba, que desde el nombre es políticamente incorrecto. El otro antecedente es la Dirección de Promoción de la Equidad que depende de la Dirección Provincial de Igualdad de Oportunidades, Subsecretaría de Derechos Humanos, Secretaría de Derechos Humanos, de la provincia de Buenos Aires. En ambos casos, funcionan en los espacios de derechos humanos y tienen un rol consultivo.
¿Cuál es la singularidad del área creada en la ciudad de Rosario?
El área es singular por dos motivos, porque es el primer organismo que depende de un Municipio y por su carácter ejecutivo. En Rosario, el área funciona dentro de la Secretaría de Promoción Social, es la que trabaja para la inclusión social de distintos grupos vulnerados en sus derechos y fortalecimiento de organizaciones no gubernamentales y promoción de ciudadanía. En ese marco de políticas focalizadas, pero que hacen a una política integral a nivel social, hay políticas específicas dirigidas a las mujeres, niños y niñas, adultos mayores, jóvenes y ahora hay un reconocimiento del estado de que uno de los grupos vulnerados en sus derechos y que requiere una atención especial es el de la diversidad sexual.
¿Cuál es el mandato del Área?
El texto de la ordenanza dice que el mandato es “diseñar y ejecutar políticas públicas de inclusión social y construcción de ciudadanía dirigidas a las personas de orientación sexual diferente: lesbianas, gays, travestis, transexuales y bisexuales de la ciudad de Rosario”.
¿Cuáles son, concretamente, esas políticas?
Son políticas de acceso a la cultura, a la salud, al empleo, a la vivienda, en el ámbito de ingerencia de un gobierno local desde la perspectiva de la diversidad sexual. Financiamos actividades de las organizaciones, otorgamos becas de estudio para jóvenes investigadores en la temática a nivel local. También, estamos armando un “Programa de Inclusión social de travestis, transexuales y transgeneros” que comprende diversas acciones: becas de estudio, capacitación en oficios, promoción de cooperativas, trabajo en salud en VIH/SIDA y reducción de años en aplicación de hormonas y siliconas. Todo eso acompañado de campañas de sensibilización e inclusión social desde el imaginario, en el caso de las travestis, como ciudadanas de pleno derecho. El programa está pensado con anclajes barriales, sobre todo en aquellos donde el tema de la discriminación se hace más visible.
¿Cómo se da la articulación del Área con la sociedad civil?
El área tiene un consejo consultivo asesor, constituido por las organizaciones que trabajan en la temática y distintos actores sociales como sindicatos, gremios, centros de estudios. Hoy ese consejo está conformado por quince organizaciones: VOX, Safinas, Biblioteca Lésbica, Instituto de Estudios Jurídico Sociales de la Mujer (INDESO), Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), Asociación de Magisterio de Santa Fe (AMSAFE), Centro de Estudios de Diversidad Sexual y Ciudadanía de la Universidad, Centro de Estudios Interdisciplinarios de la Mujer, Facultad de Psicología y dos áreas municipales, Derechos Humanos y Salud Pública, entre otras.
Militancia socialista y Activismo LGBT
¿Cuál era tu experiencia de gestión pública antes de la creación del Área? Yo trabajo en el municipio desde 1997, entré a trabajar en el Centro de la Juventud, en la coordinación de actividades con jóvenes y estuve también involucrado en otras áreas de la Secretaría de Promoción Social.
¿Cómo llegaste a VOX?
En junio de 2002 llegué a la asociación, yo venía trabajando con jóvenes desde el Municipio y fue así como conocí la organización. Era en el marco de una iniciativa que tenían para trabajar con jóvenes desde la diversidad sexual.
¿Cómo se incorpora la perspectiva de la diversidad sexual en la agenda de gobierno local?
Yo era el único que tenía contacto político por mi militancia en el Partido Socialista. En 2003 empezamos hacer una vinculación entre VOX y el partido y presentamos una ley de unión de parejas que todavía sigue pendiente de aprobación en la legislatura provincial. Llevamos las iniciativas que teníamos desde VOX y se fueron dando progresivamente como el otorgamiento del derecho a pensión a convivientes gays, lesbianas y transexuales de empleados municipales (Ordenanza Nº 8004/06), el “Paseo de la Diversidad Sexual: Por el respeto a todo género, identidad y orientación sexual” (Ordenanza Nº 8012/06), la instauración del 17 de mayo como “Día Municipal de lucha contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género” y la ampliación de la ordenanza municipal antidiscriminatoria para que figurara la identidad de género que no estaba prevista en el texto aprobado en 1996 y para poner penalidad. En este último caso, el texto decía que la municipalidad debía garantizar el derecho a ser diferente y en 2005 impulsamos la nueva ordenanza que incluía penalidades como multas y clausuras. El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) va a ser nuestro consultor en los casos en los que haya que determinar si hay o no discriminación.
¿Cómo fuiste convocado para ser coordinador del área?
Fueron varios los motivos: por un lado yo tenía un camino recorrido de trabajo por el lado de las organizaciones, por el otro, una cuestión de pertenencia partidaria que no es excluyente. Mi designación respondió a que yo reunía los consensos necesarios para ocupar el lugar, venía del partido, las organizaciones y también era empleado municipal con lo cual mi designación no implicaba crear un cargo.
¿Cuál es el significado social y político de la entrada de “la diversidad sexual” en las agendas de gobierno?
Donde no tenés un movimiento organizado que demande ciertas cuestiones es muy difícil. Cuando las organizaciones no ponen el tema en agenda es muy difícil que el estado lo tome. Aquí hay decisión política del Estado de hacer la política para la diversidad y organizaciones que lo hicieron visible como tema hace muchos años. Se tienen que dar los factores, que el movimiento organizado lo ponga en agenda y que haya consenso político, que sienta que es una necesidad.
El Estado reconoce que las organizaciones tienen que poner el tema en agenda, que marcar errores, pero el Estado no puede desconocer el derecho a la igualdad y a la inclusión social de un 8 o 10 por ciento de la población. Acá hay una población que esta siendo vulnerada, que no tiene acceso a derechos, efectivamente hay un estigma, una discriminación a nivel social, el Estado tiene que tomar cartas en el asunto y dar un paso más.
Por otra parte, el partido socialista tiene un grupo de gays y lesbianas que si bien en Rosario es bastante fuerte están buscando consolidarlo a nivel nacional. El socialismo tiene en su programa un punto sobre derechos humanos que dice “remover toda legislación que promueva toda forma de discriminación por orientación sexual e identidad de género”.
¿Cómo fue recibida por las organizaciones la propuesta de creación del área?
El área de diversidad sexual es de la misma jerarquía que las otras áreas que dependen de Promoción Social, para el organigrama municipal es lo que corresponde. Nadie esperaba que se diera un salto así. Fuimos avanzando progresivamente en la modificación del escenario a través de distintas conquistas pero la verdad las organizaciones no lo podían creer.
Primer Encuesta sobre Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género
En febrero de este año la Municipalidad de Rosario, a través de su Área de Investigación de la Opinión Pública, realizó una primer encuesta sobre discriminación por orientación sexual e identidad de género. En el armado del instrumento de recolección de datos intervinieron el Área de la Diversidad Sexual y la Asociación Civil VOX.
¿Qué intereses confluyeron para hacer la encuesta?
La iniciativa de hacer la encuesta surgió de la necesidad de tener información sobre opiniones y percepciones sobre la diversidad sexual en la población de Rosario. Esto nos pareció importante como herramienta para pensar por dónde orientar las acciones del área que se había creado, aunque aún no estaba en funciones.
Cuando decidimos hacer la encuesta ya conocíamos el antecedente de la encuesta de la Marcha del Orgullo de Buenos Aires, sobre experiencias de violencia y discriminación de gays, lesbianas y trans, que realizaron el Grupo de Estudios sobre Sexualidades del Instituto Gino Germani de la UBA y el CLAM. Por eso, tenemos previsto reunirnos con ellos para que nos orienten para la realización de un nuevo estudio que estamos programando realizar en el mes de noviembre.
¿Qué resultados les causaron sorpresa?
De la encuesta nos llamó la atención que el grupo más vulnerado son los pobres. El 90 % de los respondentes considera que los pobres son los principales discriminados y también que no hay una diferencia sustantiva en la percepción de discriminación de la sociedad hacia gays/lesbianas (77,9%) respecto de hacia las travestis/transexuales (82,6%). También, el dato que surge respecto de los prejuicios acerca de la homosexualidad: cerca del 60 % de los encuestados sigue pensando que es una enfermedad. De allí surge un fuerte argumento para planificar campañas y acciones.
¿Entre las políticas desarrolladas por el Secretaría de promoción social, de qué modo se da la articulación entre aquellas orientadas a la diversidad sexual y las que trabajan con otras formas de exclusión social, como la desigualdad de género y pobreza?
Desde el inicio nos planteamos hacer reuniones con todas las áreas de la Secretaría, todas las áreas dependen de la misma Secretaría entonces el contacto es más ágil. Por ejemplo, trabajamos con el área de la niñez que tiene un centro de día para chicos en situación de calle y ya tenemos pensado abordar con ellos el tema de la prostitución infantil, por que efectivamente muchos de los niños y niñas beneficiarios de este programa están haciendo trabajo sexual. En el caso de los niños escolarizados, con ellos vamos a trabajar sobre el tema de nuevas formas de familia.