CLAM – Centro Latino-Americano em Sexualidade e Direitos Humanos

DDSS y comicios en Colombia

Si bien en Colombia el conflicto armado y los asuntos económicos son los temas principales que aparecieron en los debates y presentaciones de los candidatos al Congreso y a la Presidencia de la República, este año los derechos sexuales y reproductivos adquirieron un lugar inédito, tanto en los debates como en las encuestas de opinión y en entrevistas con candidatos. Dos fueron las cuestiones introducidas: la despenalización del aborto y los derechos patrimoniales de las parejas del mismo sexo. Por un lado, en el interín entre las elecciones al Congreso de la República y las presidenciales, una decisión del la Corte Constitucional despenalizó el aborto en tres casos. Por otro, actualmente cursa en el Congreso un proyecto de Ley para proteger los derechos de las parejas del mismo sexo y homologarlas con las demás parejas de hecho. Se trata del proyecto 130 del Senado, que modificaría de manera parcial el contenido de las leyes que regulan las uniones permanentes. Estas situaciones generaron un particular clima político para que los candidatos dieran a conocer sus posiciones acerca de esas propuestas. Los derechos sexuales y reproductivos han ido adquiriendo relevancia con relación a la intención de voto de colombianos y colombianas.


 


A este clima particular contribuyeron grupos del movimiento LGBT, que con diversas estrategias hicieron campañas de información para saber cuáles candidatos eran favorables a una ley de parejas del mismo sexo y estimuló a que la comunidad LGBT votara a conciencia, con responsabilidad social y de acuerdo con intereses de grupo, en lo que algunos denominaron como “el voto rosa”. Los presidentes de varios partidos (Partido Liberal, Polo Democrático Alternativo, Partido de la U, Movimiento por el País que soñamos) firmaron, por iniciativa de Colombia Diversa, compromisos en pro de los derechos de las minorías sexuales y de las parejas del mismo sexo (afiliación a la seguridad social y posibilidad de conformar patrimonios comunes) y varios candidatos enviaron cartas a los movimientos LGBT invitándolos a votar por ellos y manifestando interés en atender sus necesidades particulares. Sorprendió incluso que fuera un senador considerado bastante conservador quien presentara el último proyecto de ley de derechos patrimoniales de las parejas del mismo sexo, aun no habiendo consenso sobre el asunto en su partido.


 


Los candidatos presidenciales están casi todos a favor de una ley que proteja a las parejas del mismo sexo, como lo estuvo un número significativo de los candidatos al Congreso. Es decir, si los compromisos electorales son cumplidos, Colombia en poco tiempo tendrá, además de la despenalización parcial del aborto, una ley de protección a las parejas del mismo sexo. Sin embrago, permanece como pregunta si se trata meramente captar los votos de una minoría, o existe en verdad un clima favorable para los derechos sexuales.


¿A qué se atribuye el interés sobre el tema? Seguramente los movimientos de minorías sexuales cobran nueva visibilidad y fuerza política. Sin sobredimensionar el fenómeno, sin duda el apoyo es mayor que hace unos años. Marcela Sánchez, Directora Ejecutiva de Colombia Diversa, atribuye la cuestión a tres factores: Primero, la orientación sexual deja de ser un tema privado para convertirse en un tema público. Es decir, las identidades, las prácticas y las demandas de la población LGBT empiezan a relacionarse con un avance en el discurso de los derechos y las nuevas ciudadanías, que se activó en Colombia especialmente a partir de la reforma constitucional de 1991. Segundo, los avances en otros países de Europa y América respecto al reconocimiento de los derechos a las parejas del mismo sexo movilizan el debate interno. Tercero, el movimiento LGBT se está consolidando en Colombia, y es reconocido como un interlocutor válido frente al gobierno nacional, alcaldías distritales, partidos, otros movimientos sociales y la sociedad en general, pudiendo movilizar demandas concretas en torno a sus necesidades.


 


¿Qué opinan los candidatos presidenciales sobre el aborto y de las uniones del mismo sexo?


 


Fueron siete los candidatos para las elecciones del 28 de mayo. Nos referiremos a los cuatro que poseían mayor intención de voto según una encuesta realizada el 3 de mayo por la empresa Napoleón Franco, que arrojó los siguientes resultados: Álvaro Uribe (Primero Colombia) 56%, Horacio Serpa (Partido Liberal Colombiano) 15%, Carlos Gaviria (Polo Democrático Alternativo) 13%, y Antanas Mockus (Movimiento Alianza Social Indígena) 2%. Nos basaremos en declaraciones públicas diversas que expresaron los candidatos en diferentes medios de comunicación, y de manera especial en las respuestas que dieron tres de los candidatos en un foro televisivo organizado por la Revista SEMANA, el periódico El Colombiano, Radio Caracol, Teleantioquia y la Cámara de Comercio de Medellín y CNN, en el cual fueron interrogados por estos temas.


 


Horacio Serpa afirmó “no ser un propagandista del aborto”, pero está de acuerdo en que algunos casos excepcionales lo justifican. Se refirió explícitamente a los tres casos analizados por la justicia colombiana y que ya fueron aprobados: cuando está en peligro la vida o la salud de la madre, cuando la concepción ha sido consecuencia de una violación y cuando el feto tiene malformaciones congénitas. En relación con las parejas del mismo sexo, eludió su propia opinión diciendo que “nuestra sociedad no está preparada aún para el matrimonio entre personas de un mismo sexo”. Pero manifestó estar de acuerdo con lo que tiene que ver con un régimen patrimonial y con el aspecto de la seguridad social.


 


Carlos Gaviria afirmó que la cuestión del aborto se planteó en los últimos debates exclusivamente en el terreno de la salud pública, pero que no hay que evadir el asunto desde el punto de vista ético y moral. Al respecto, expuso que es profundamente inmoral que a una mujer que ha sido violada y que, como producto de la violación ha resultado embarazada, se la obligue a llevar la gestación a último término. Y en cuanto a las parejas de un mismo sexo, se declara explícitamente partidario, agregando que la gran promesa de la democracia es la autenticidad, que cada uno viva de acuerdo con lo que es, siempre que no atente contra los derechos de otro. En ese sentido explicó que estamos en mora de atribuirle efectos civiles a ese tipo de uniones.


 


Seguramente, esta posición se ha perfilado como la más coherente y favorable en ambos temas por varias razones: Carlos Gaviria, siendo senador, presentó el anterior proyecto de ley de derechos patrimoniales de las parejas del mismo sexo. Su partido, el Polo Democrático Alternativo, posee explícitamente en sus estatutos y en su plataforma política el respeto y la defensa de la libre opción sexual, y existe un grupo LGBT dentro del propio partido.


 


Álvaro Uribe: El “candidato-presidente”, que este domingo fue reelegido después de una controvertida reforma a la Ley electoral, dijo que apoya que las parejas homosexuales tengan los mismos derechos patrimoniales y la misma cobertura en seguridad social que una pareja heterosexual, pero se mostró totalmente contrario a que puedan adoptar hijos o contraer matrimonio. En relación con este punto, declaró estar dispuesto a conceder que la afiliación de los homosexuales a la seguridad social, por intermedio de sus parejas, se haga de manera “inmediata”. En cambio explicó que la extensión del régimen de pensiones “no puede ser de inmediato por los problemas fiscales del país”. Es un tema que necesita más tiempo.


 


Antanas Mockus trató ambos temas como asuntos de gran interés, por la relación que establecen entre ley y cultura. Explicó que cuando la cultura cambia, a veces comportamientos que eran inaceptables se vuelven aceptables, y la conformación de parejas gay se ha vuelto un comportamiento prácticamente aceptable en la mayor parte del mundo. Entonces, la ley tiene que corregirse o hay que intentar corregir la cultura, que en materia de abortos significa impedir al año unos 300 mil abortos en Colombia. Agregó que sobre las uniones entre homosexuales, lo importante es que cuando se hagan estos ajustes no haya retaliaciones simbólicas ni burlas a la gente que tiene otras creencias.


En respuesta a una declaración del presidente-candidato, Mockus y su partido radicalizaron su posición; junto a su fórmula vicepresidencial, María Isabel Patiño, dijeron estar de acuerdo con permitir en Colombia el matrimonio entre personas del mismo sexo y la posibilidad de que puedan adoptar niños. Sustentaron esa posición en tres argumentos: primero, “apoyar las uniones homosexuales es una forma de defender las libertades individuales, por esta razón, debe estar abierto el matrimonio civil para parejas homosexuales”; segundo, “sobre este tema hay que ser claros, no se puede hablar a medias o tratando de esconder algunos puntos y hablar sólo sobre lo que no causa polémica” y tercero, “no se puede decir sí a los derechos civiles, pero no al matrimonio y la adopción”. “Si hay tendencias religiosas que aceptan este tipo de uniones, dentro del marco de la libertad de cultos, también se debe respaldar este tipo de posturas, como una forma de respeto a la pluralidad en el país”.


 


Es este es el panorama general de opinión de los candidatos, sabiendo que existen disensos dentro de sus partidos con respecto de los temas. Se trata de un clima que parece bastante favorable para que, como nunca había pasado antes en Colombia, se concrete en una propuesta de protección real de los derechos sexuales.